Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  135 / 154 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 135 / 154 Next Page
Page Background

LA AGENDA DIGITAL

135

La mejora de las capacidades científicas de

nuestra región, y en particular de España, en las

últimas décadas es impresionante, la calidad de

nuestros centros tecnológicos, universidades y

grupos de investigación es indiscutible. Pero,

para poder desempeñar un papel de liderazgo a

nivel global, debemos acercarnos o superar en

inversión en I+D a los países que están marcando

la pauta en la revolución tecnológica.

Hay razones para el optimismo. El

EU

Industrial R&D Investment Scoreboard 2016

,

publicado en diciembre de 2016, muestra que

las empresas de la UE invirtieron 188.300

millones de euros en Investigación y Desarrollo

(I + D) en el año fiscal 2015/2016. Esto representa

un incremento anual del 7,5 %, lo que sitúa a

las empresas de la UE por encima de la tendencia

mundial. Vamos pues en la buena dirección.

También se está recuperando la inversión

pública europea en I+D en la mayor parte de los

países tras los años de la crisis, en los que sufrió

un acusado descenso. Ojalá España pueda

sumarse pronto a esta tendencia de recu-

peración.

Y es necesario también que se mejore la

capacidad de trasladar la innovación al

emprendimiento y a proyectos empresariales

con ambición, para lo que el desarrollo del

ecosistema financiero europeo de capital riesgo y

su creciente volumen de inversión y transacciones

puede tener un papel fundamental.

Por último, adicionalmente a la inversión pú-

blica en I+D, no hay nada más poderoso que

predicar con el ejemplo. El papel de liderazgo y

ejemplo de los poderes públicos puede ser de-

terminante. Los grandes proyectos tecnológicos

de la Administración pueden servir como “pro-

yectos tractores” que ayuden a elevar los hori-

zontes de innovación y ambición tecnológica

del conjunto de la sociedad.

Los gobiernos europeos y las instituciones

comunitarias pueden aportar el liderazgo que

necesitamos en esta era de cambios. Pueden

aportar una visión de futuro que genere impulso,

movimiento e ilusión, que dirija los recursos y

voluntades en la dirección adecuada y que nos

ayude a estar adecuadamente preparados para

el futuro, que en realidad ya está aquí.

Estamos ante un reto como sociedad en la

que nos jugamos el futuro: hay que movilizar y

alinear las energías y esfuerzos de muchos acto-

res, públicos y privados, para ser más competiti-

vos gracias a la innovación y con ello preservar

las oportunidades de las próximas generaciones

de jóvenes europeos.