LA COYUNTURA POLÍTICA DE LOS PAÍSES EUROPEOS: ENTRE LAS AMENAZAS Y LAS OPORTUNIDADES
25
– Italia: los populistas se convierten en la se-
gunda fuerza política en las elecciones regio-
nales.
– Polonia: el Partido Derecho y Justicia (PiS)
consigue mayoría absoluta, por primera vez
para un partido tras la caída del muro de
Berlín en ese país, en las elecciones generales,
y adopta decisiones que provocan la apertura
de un procedimiento de información según el
llamado “nuevo marco del Estado de Derecho
en la UE”, que podría conducir en última ins-
tancia, si se demuestra una amenaza para el
mismo en Polonia, a la aplicación del Artículo
7 del Tratado de Lisboa.
– Reino Unido: el UKIP consigue el 12,6 % de
los votos en las elecciones generales.
– Eslovaquia: el Partido Popular Nuestra
Eslovaquia (LSNS), de extrema derecha, anti-
europeo y anti-OTAN, logra el 8 % de los
votos y entra en el Parlamento en las pasadas
elecciones. Además, las formaciones que re-
presentan un voto protesta y antisistema han
alcanzado el 30 % del voto total emitido.
En otras palabras, el discurso populista obtie-
ne un considerable respaldo ciudadano en las
urnas en un numeroso grupo de estados miem-
bros de la UE. Sin embargo, conviene distinguir
unos y otros populismos, tanto por su naturaleza
como por sus propuestas y por las consecuen-
cias de estas de llegar a aplicarse.
Parece evidente que, en términos de dere-
chos y democracia, la preocupación se sitúa en
el populismo de extrema derecha y derecha ex-
trema, teniendo en cuenta que el núcleo de su
discurso está dirigido contra el corazón de los
valores europeos, empezando por el de no dis-
criminación.
Si bien es cierto que la presencia de partidos
de este tenor es altamente preocupante en paí-
ses como Dinamarca y Finlandia, las principales
decisiones de recorte de libertades han estado
protagonizadas por partidos de derecha extre-
ma que gobiernan en solitario.
Es el caso de Hungría y de Polonia, con el
agravante en el primero de que el FIDESZ perte-
nece todavía al Partido Popular Europeo, algo
que debería llevar a una profunda reflexión de
esta formación política sobre la flexibilidad de
sus límites a la hora de aceptar o mantener en
su seno a determinados partidos con el argu-
mento de poder así influir en ellos más fácil-
mente para moderarlos.
Siguiendo la estela de Orbán, que llegó a
modificar la constitución, el PiS de Jaroslaw
Kaczynski y la Primera Ministra Beata Szidlo ha
adoptado graves decisiones destinadas a impe-
dir el funcionamiento normal del poder judicial
y a controlar los medios de comunicación, cho-
cando con el estado democrático de derecho y
claramente contrarias a los valores de la UE.
Frente a tales actuaciones, la Comisión
Europea ha puesto en marcha por primera vez
una mecanismo de alerta temprana destinado a
recabar información y opiniones de diferentes
instancias a fin de constatar si en un país miem-
bro se están registrando amenazas sistémicas al
Estado de derecho con un doble objetivo: o bien
forzar al gobierno de dicho Estado a negociar
una solución satisfactoria que las elimine, o bien,
en el peor de los casos, a activar el Artículo 7 del
Tratado de Lisboa que contempla tanto un me-
canismo preventivo como un mecanismo sancio-
nador que, en ningún caso podría conllevar ni la
expulsión de un socio ni la suspensión de su per-
tenencia a la UE, pero sí de sus derechos de voto.
Nuevos actores en la extrema izquierda
(cuando nadie creía en ellos)
Como se señalaba anteriormente, se registran
otros dos tipos de populismo en la UE: el que no