LA COYUNTURA POLÍTICA DE LOS PAÍSES EUROPEOS: ENTRE LAS AMENAZAS Y LAS OPORTUNIDADES
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contar España, actualmente hay 12 presidentes
de izquierda o centro-izquierda frente a 15 de
derechas o centro-derecha. Los gobiernos de
izquierda en la UE representan el 42 % de su
población, frente al 58 % gobernado por fuer-
zas de derecha. Este porcentaje bajaría al 53 %
si el gobierno de España pasa a la izquierda. Si
introducimos la variable gobiernos de gran coa-
lición, con ministros de izquierdas y de derechas,
los porcentajes varían. Sin tener en cuenta a
España, los países de gran coalición gobiernan al
33 % de la población europea, la izquierda el
36 % y la derecha el 31 %. Si en España se forma
un gobierno de izquierdas, la población europea
gobernada por esa tendencia pasaría al 42 % fren-
te a solo el 28 % con gobiernos conservadores.
Por tanto, el posible cambio de gobierno en
España tendrá necesariamente un impacto rele-
vante en los equilibrios de Bruselas.
Quedan por resolver igualmente la forma-
ción de dos gobiernos, el de Irlanda y el de
Eslovaquia, que han votado en 2016 y en los que
la formación de los mismos se antoja compleja.
En Irlanda, los dos partidos que han gober-
nado en coalición los últimos cinco años, el cen-
trista Fine Gael y el Partido Laborista, se han
quedado conjuntamente a casi 30 diputados de
la mayoría absoluta. A pesar de que el PIB de
Irlanda aumenta más que ningún otro de la eu-
rozona, ambos partidos han sido duramente
castigados por los electores por las medidas de
austeridad y recorte del gasto de la pasada le-
gislatura. La caída ha sido especialmente signifi-
cativa para el laborismo, que ha visto reducida
su presencia a solo seis escaños, una sexta parte
de los que tenía hasta ahora. Han subido signi-
ficativamente tanto el otro partido que ha go-
bernado Irlanda tradicionalmente, el Fianna Fail,
que ha doblado su representación, y los republi-
canos del Sinn Fein, que casi multiplica por dos
su presencia parlamentaria con 22 escaños, tras
haber centrado su campaña en la lucha contra
la austeridad, en vez de en sus reivindicaciones
nacionalistas tradicionales. A la debilidad de los
dos partidos tradicionales se ha sumado la llega-
da al Parlamento de partidos pequeños e inde-
pendientes que complican mucho la formación
de un gobierno. Si no se lograra, Irlanda tendría
que repetir elecciones en septiembre.
En el otro país que ha celebrado elecciones
hasta el momento, Eslovaquia, el panorama po-
lítico resultante complica mucho también la for-
mación de un nuevo gobierno. El Partido
Socialdemócrata (SMER), hasta ahora en el go-
bierno, ha vuelto a ganar las elecciones, pero ha
bajado de 83 a 49 diputados. En el nuevo esce-
nario, el partido en el gobierno necesitaría el
apoyo de al menos otros dos partidos para for-
mar gobierno y, si fuera el partido de centrode-
recha quien intentara formarlo, ese número as-
cendería a cinco.
Vuelven los fantasmas del pasado (I):
nacionalismos y euroescepticismo
“Le nationalisme c’est la guerre”
. Muchas veces
se ha citado la frase del entonces presidente de
la República Francesa, François Miterrand, en su
discurso ante el Pleno del Parlamento Europeo
reunido en Estrasburgo en 1995.
Seguramente, al pronunciarla, Miterrand
pensaba en los nacionalismos que llevaron a la
Guerras Mundiales y no en los pequeños nacio-
nalismos europeos del siglo XXI. Entre otras co-
sas, porque hace veinte años estos últimos no se
manifestaban de forma llamativa.
En 2015 solo un nacionalismo europeo ha
hecho acto de presencia con relevancia: el cata-
lán. Algunas fuerzas políticas de esa región es-
pañola han tratado de iniciar un proceso decla-
radamente independentista al margen de la