¡TODOS A COMER!
día, qué cosas ha hecho o que le apetece hacer ese fin de semana, rompe con la
dinámica perpetuadora del problema
Reforzar los comportamientos positivos frente a la comida. No dar importancia
excesiva a los comportamientos negativos, siguiendo con la comida o
conversación. Cuando el niño cambie de actitud y vuelva a portarse bien será el
momento de que los padres vuelvan a reforzarle por lo bien que lo hace
Ser tolerante con determinadas incorrecciones en cuanto a modales y conductas
Facilitar y permitir que los niños jueguen alrededor de la comida es positivo
porque ayuda a que puedan disfrutar de la hora de la comida
Evitar peticiones o comportamientos que supongan la interrupción de las comidas
(ir al lavabo, lavarse las manos, ir a buscar cualquier cosa, etc.)
No desistir. Todo lleva su tiempo y necesita de una gran dosis de motivación para
conseguirlo, pero uno no debe conformarse con la mitad del plato si la totalidad
puede hacer sentir a las familias mucho más completas
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