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El informe sobre el Estado de la Unión Europea 2015-16 está dedicado
a estudiar la delicada situación política en la que se encuentra la Unión
Europea. Todo un conjunto de acontecimientos ha puesto de relieve, ha
desvelado, la debilidad de fondo que atenaza a la UE como organización
supranacional con ambiciones supuestamente históricas.
Después de un siglo XX que favorecía soplar en dirección correcta para
los fines de una Comunidad Europea que nació para superar las dos gue-
rras mundiales más terribles conocidas hasta hoy, el siglo XXI nos ha traído
un aire de frustración y de pesimismo. Precisamente porque los europeís-
tas creían profundamente en la necesidad, la utilidad y el sentido de la
Unión, son los europeístas los más golpeados en sus ideales, aunque los
más dotados también, para seguir luchando por preservar los valores del
continente más democrático del planeta.
Estos valores, con el Estado social y de derecho a la cabeza, han sido y
están siendo duramente afectados por la crítica situación en la que la UE
está sumergida en este año 2016, por varias razones, que vamos a destacar.
La primera es el impacto social de la crisis económica. Crisis de la que
no acabamos de salir. El presente informe dedica tres capítulos a esta
discusión fundamental de una UE que surgió con una personalidad eco-
nómica, y comercial, y luego monetaria, indudable. Son los capítulos dedi-
cados a la política monetaria de la eurozona (Adrian Zelaia y Carlos Trias),
al desarrollo de la gobernanza económica (Maria João Rodrigues) y a la
desigualdad (Michael Dauderstädt).
La crisis financiera que se desencadenó en 2008 es “más que una cri-
sis”. Tiene una naturaleza estructural. Por eso, las políticas fiscales (auste-
ridad) y monetarias aplicadas por Bruselas no han logrado cambiar las ten-
dencias deflacionistas de la dinámica económica y el sobreendeudamiento
imparable. A pesar del expansionismo en la política monetaria de Draghi,
Introducción. La tormenta perfecta
Diego López Garrido