LÍNEAS DE CONFLICTO EN ALEMANIA SOBRE LA REFORMA DE LA UE
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domésticos (hogares, empresas y el Estado) en
ahorradores netos, mientras que vendía produc-
tos al extranjero a crédito.
La otra cara de este modelo se refleja econó-
micamente de varias maneras. La demanda inter-
na alemana se ha descuidado durante mucho
tiempo, hay un aumento del empleo precario, y
los ingresos gubernamentales son insuficientes.
Se ha desatendido la infraestructura pública por
la falta de inversión en los municipios, y los servi-
cios públicos como guarderías, escuelas, piscinas
o bibliotecas no se reforman o se cierran.
Además, Alemania se ha convertido en un país
donde los ingresos y los activos están cada vez
más dispersos. Sin embargo, la crisis del euro
hizo destacar la falta de sostenibilidad del mode-
lo de déficit de importación que, en realidad, ex-
porta desempleo a otros países de la zona euro
cuyos saldos de cuenta corriente se mantienen
en negativo y cuya dependencia del acreedor
Alemania aumenta. No obstante, esta política se
ha mantenido y se mantiene en la actualidad.
Sin embargo, el aumento de la inmigración
significó un compromiso político de aceptar, ab-
sorber e integrar a los recién llegados. Muchas
personas de clase media baja que se sentían en
una situación insegura percibieron el trato como
injusto para con ellos. Y aún más cuando el alo-
jamiento temporal de refugiados en viviendas
comunales se hacía en los barrios de clase me-
dia y no en las áreas residenciales de las ciuda-
des. Pero sobre todo porque, a pesar de la ex-
traordinaria situación, el gobierno no estaba
listo para tirar por la borda los principios ordoli-
berales y poner en marcha un programa global
de inversiones para la integración y la infraes-
tructura en lugar de realizar acciones puntuales,
un programa que habría facilitado la integra-
ción social tanto a los refugiados como también
a las personas que se sentían dejadas de lado
por la política. En su lugar, la mayoría de los
partidos en Alemania apuntaron a que había
que dividir aún más la tarta existente de servi-
cios sociales de ayuda y la oferta de infraestruc-
tura y educación. En los primeros meses del au-
mento de inmigración, los medios exageraron
hasta tal punto la positiva «cultura de bienveni-
da» que se desmoronó la línea divisoria econó-
mica entre el esfuerzo conjunto estatal y, por
otro lado, la responsabilidad individual. Por un
lado, se asoció a un programa de integración e
inversión y, por el otro, a un llamamiento hacia
los refugiados y los ciudadanos de la sociedad
de acogida para responsabilizarse en cuanto a
su integración y sustento. La última de esas op-
ciones prevaleció, con lo que se adhirió una vez
más al principio TINA de libre mercado (“no hay
alternativa”).
Líneas de conflicto y la gran coalición
Por supuesto, los partidos gobernantes conser-
vadores y socialdemócratas no quieren dejar
que sean solo los actores políticos de derecha y
extrema izquierda quienes se ocupen de los des-
contentos. Por supuesto, la nueva coalición en-
tre demócratas cristianos y socialdemócratas
tampoco quiere que la acusen de rechazar la
mano tendida de Emmanuel Macron para reac-
tivar el motor francoalemán de la integración de
la UE. Por eso, la coalición tiene grandes planes
para Europa. Los planes del acuerdo de coali-
ción difieren significativamente y en muchos
aspectos de las decisiones anteriores y de los
debates sobre la UE dentro de Alemania.
La coalición quiere dejar atrás el debate
sobre los contribuyentes netos y fortalecer
financieramente la Unión Europea a través de
aportaciones propias más altas. Por un lado, será
importante compensar en el presupuesto de la
UE las contribuciones que van a desaparecer del