EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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Reino Unido; por otro lado, deberá haber más
recursos disponibles para las nuevas tareas co-
munitarias, aunque es probable que haya recor-
tes en los títulos. No se detalla la aprobación de
recursos financieros “para la estabilización eco-
nómica y la convergencia social y para el apoyo
a las reformas estructurales en la zona euro”
como punto de partida de un “presupuesto de
inversión” que se establecerá en el futuro para
la unión monetaria. Con la perspectiva de un
presupuesto comunitario de los países del euro
(denominado comúnmente “capacidad fiscal”)
los partidarios de una unión fiscal se impusieron
en el SPD, ya que de ella podría salir el núcleo de
un estabilizador automático. Por el contrario, los
defensores de una unión de estabilidad pudieron
revivir la idea de un instrumento competitivo y
de solidaridad acaloradamente debatido en
2013 con la recompensa por las reformas estruc-
turales y planear ponerlo en práctica con la
transformación del MEDE en un fondo moneta-
rio europeo, también solicitada por la coalición.
Desde el punto de vista de una unión fiscal,
también se busca una mayor coordinación econó-
mica de los Estados de la zona euro, incluyendo
avances en la armonización de las normas para
evitar el
dumping
impositivo, el fraude fiscal y la
evasión fiscal, así como la aproximación de los
impuestos corporativos. También se debe acordar
un pacto social europeo que evite el
dumping
sa-
larial y social, entre otros, mediante el desarrollo
de un marco común para sistemas de salario mí-
nimo y garantías básicas. En comparación con las
intenciones de los últimos gobiernos alemanes,
estas son ciertamente propuestas que podrían
revertir gradualmente la línea de política econó-
mica anterior y cumplir con las demandas de
Francia, Italia y España. Sin embargo, al mismo
tiempo, los halcones orientados a la estabilidad
han prevalecido al mantener en el acuerdo de
coalición que, en cualquier reforma de la unión
monetaria, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento
sigue siendo la “brújula” y que el riesgo y la res-
ponsabilidad deben seguir vinculados entre sí.
En la política de migración, las tres partes de
la coalición están de acuerdo en que la UE debe
jugar un papel central en lo que a su organiza-
ción y gestión se refiere. De este modo, se quie-
re fomentar la creación de un sistema de asilo
europeo que cuente con un mecanismo de dis-
tribución justo en todos los países de la UE y que
garantice estándares comunes en los procedi-
mientos de asilo. Se ampliará la protección de
las fronteras exteriores de la UE. En relación con
la línea de conflicto económico discutida ante-
riormente, la coalición quiere realizar mejoras
puntuales de las medidas de integración siguien-
do el principio de “exigir y promover”; a los es-
tados federales y a los municipios se les prome-
ten más recursos financieros. Sin embargo, no se
prevé un programa de integración a gran escala.
Además del Pacto de Estabilidad y Crecimiento,
también se declara intocable el freno a la deuda
y, por lo tanto, el evitar un nuevo endeudamien-
to del sector público; finalmente, el nuevo go-
bierno pretende exprimir el superávit presupues-
tario invirtiendo en políticas de educación,
cuidado de niños, vivienda y asistencia.
Se puede cuestionar si esto será suficiente
para aliviar las preocupaciones de los ciudadanos
en cuanto a una mayor competencia y una baja-
da de los estándares de vida vinculados con la
inmigración o para lograr algo más que un com-
promiso sobre el papel en cuanto a la reforma de
la zona del euro. Si se aplican de forma positiva,
muchos pequeños pasos pueden dar como re-
sultado un gran avance en la integración.