LA UE TRAS EL
BREXIT
. RESULTADOS DE UNA ENCUESTA REPRESENTATIVA EN OCHO ESTADOS MIEMBROS
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de otros Estados miembro. Las opiniones sobre
el tema variaban mucho entre países, aunque
no necesariamente entre países de origen y de
destino. La mayoría de españoles, italianos, es-
lovacos y checos se mostraban a favor de la libre
circulación de personas. Los alemanes también,
a pesar de que su país es el principal destino
para solicitantes de empleo europeos.
El alto nivel de acuerdo con respecto a la libre
circulación de personas y trabajadores no incluía,
sin embargo, el acceso gratuito a los servicios so-
ciales del país de destino. En todos los países, la
mayoría (un 56 %) se mostraba partidario de que
solo los que habían trabajado un determinado
tiempo en el país tuvieran acceso a prestaciones o
ayudas. En el caso de Italia, sin embargo, una am-
plia mayoría (71 %) se muestra a favor de ofrecer
prestaciones sociales universales (independiente-
mente del historial laboral del individuo). Más del
50 % de los españoles entrevistados (concreta-
mente un 53 %) compartía esta opinión.
En los otros seis países, amplias mayorías se
mostraron a favor de vincular el acceso a ayudas
sociales con el empleo regular. Esta actitud está
particularmente extendida en Alemania y en
Países Bajos.
La demanda de un nivel social mínimo co-
mún para la UE
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es omnipresente, en parte para
mitigar los incentivos migratorios dentro de la
Unión. Sin embargo, las opiniones al respecto
difieren considerablemente. La introducción de
este nivel social mínimo cuenta con el beneplá-
cito de italianos (un 74 %), españoles (71 %) y
eslovacos (60 %). Sin embargo, los checos (con
un 41 %), holandeses (38 %) y suecos (33 %)
son menos favorables. Las opiniones en Francia
y Alemania están divididas.
2
El ministro federal de Asuntos Laborales, Andrea Nahles,
fue quien recogió, más recientemente, esta demanda en
una tabla incluida en un artículo para FAZ.
Entre las normas no escritas más controverti-
das de la UE está la obligación de mostrarse soli-
darios con otros Estados miembros, lo que tam-
bién implica transferir fondos entre países más y
menos prósperos. Las opiniones sobre el tema
también difieren en función del país. La mayoría
de los países que atraviesan por dificultades eco-
nómicas, como España (60%), Eslovaquia (59%)
e Italia (53 %), se muestran a favor de que los
países más pobres reciban ayuda de los más ri-
cos. También es lo que defiende una amplia ma-
yoría en Alemania. Por el contrario, la mayoría de
los encuestados en la República Checa y Países
Bajos (con un 61 % y un 65 % de votos, respec-
tivamente) se muestra en contra. Las opiniones
están divididas en Suecia y en Francia.
Confianza en Estados miembros
La fortaleza de la UE depende, en gran medida,
de la confianza entre Estados miembros. Y esta
no se reduce solo a gobiernos, sino también a
poblaciones. Como Francia y Alemania desem-
peñan un papel especial dentro de la Unión, las
encuestas de 2015 y 2017 midieron la confian-
za en estos dos países (además de en el propio).
Con el objetivo de establecer una comparativa,
también se evalúo la confianza en otros dos paí-
ses más de la Unión, también muy importantes:
Italia y Polonia.
Las conclusiones de 2015 fueron muy positi-
vas para los alemanes: la confianza en Alemania
era relativamente alta en los siete países (65 %),
mientras que un 59 % de los alemanes confia-
ban mucho en Francia, su estrecho aliado, y un
76 % en su propio país.
Los resultados de Francia no fueron tan ha-
lagüeños. Aunque el nivel de confianza de los
franceses hacia sus vecinos fue parecido al que
los alemanes registraron para con los franceses