HACIA LA EUROPA FEDERAL
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de migración o gestión de fronteras, entre otras
muchas.
Asimismo, será necesaria alguna reforma del
Parlamento, la Comisión y el Consejo Europeo
en un sentido federal, sin descuidar los temas
concernientes al Banco Central Europeo y posi-
blemente al Comité de las Regiones y al Comité
Económico y Social.
Hacia la III Convención Europea
Todas estas reformas no se pueden hacer por el
procedimiento abreviado de los tratados, ya que
teniendo en cuenta que no son solo reformas
técnicas, sino que obedecen al desarrollo nece-
sario e imprescindible del modelo político fede-
ral que se viene construyendo desde hace se-
senta años y especialmente en los últimos
treinta, hay que hacerlo con plena participación
de la ciudadanía europea, con objeto de que la
misma tome conciencia, descubra que ella es la
“propietaria” del proyecto. Se trata de sacarle
todo el significado real que tiene la lógica fede-
ral del proyecto, que no es nada más ni nada
menos que la doble legitimidad de ciudadanos
y Estados, piedra angular de la Unión Europea.
Para ello, habrá que aprovechar el procedi-
miento de revisión ordinario establecido en el
Artículo 48, apartados del 1 al 5, del Tratado de
la Unión Europea, dando la máxima participa-
ción a la sociedad civil en este proceso de refor-
ma a través de los mecanismos adecuados.
Se puede confiar en que una III Convención
Europea proponga avances todavía más progre-
sistas que la segunda, ya que su composición re-
flejará el avance federalista que se empieza a per-
cibir en el nivel de los parlamentos y los gobiernos
nacionales en varios Estados miembros. Y es que
la crisis económica ha enseñado que no se pue-
den dejar las cosas a medias y que hay que dar a
las instituciones democráticas los poderes necesa-
rios para ejercer plenamente la responsabilidad
derivada de la doble legitimidad de la Unión, la
que le confieren los ciudadanos y los Estados.
El avance hacia la Federación Europea hay
que emprenderlo en esta legislatura, pues a par-
tir de 2019 puede que se adhieran nuevos esta-
dos nuevos a la Unión. Si con 28 es muy difícil,
con más será casi imposible. Por ello tendría que
ser ahora cuando se acometamos la reforma
para abandonar la actual unanimidad, a través
de algún sistema que exija la aceptación de, por
ejemplo, dos tercios de los estados que impli-
quen dos tercios de la población. Algo parecido
al artículo 82 del Proyecto de Tratado de la Unión
Europea aprobado por el Parlamento Europeo en
1984.
Por todo ello, la VIII Legislatura, como ya se ha
dicho, comienza con la aspiración a un gran avan-
ce federal, que debe permitir a las instituciones el
ejercicio de sus poderes gracias a la asunción de
una mayor legitimidad democrática que, a su
vez, debe impulsar el cambio de las políticas co-
munitarias, ratificando el compromiso con el
Estado de bienestar. Para conseguir ese objeti-
vo, es necesario acometer la reforma federal de
la unión a través de una III Convención Europea
con la plena participación ciudadana.
Recomendaciones para una Europa federal
Proponemos que la UE reforme los Tratados, a
través de la III Convención y de la correspon-
diente CIG, mediante las siguientes acciones:
Forma constitucional, símbolos y ciudadanía
1. Convertir el Tratado de la Unión Europea en
una constitución europea clara, concisa y
comprensible.