HACIA LA EUROPA FEDERAL
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que sigue siendo a todas luces mejorable. Por
ejemplo: un número excesivo de comisarios di-
ficulta la adopción de decisiones colegiadas y
reduce los resultados de la acción de gobierno.
Si bien la Comisión Juncker se ha dotado de un
nuevo sistema de funcionamiento por equipos
(los llamados
clusters
), esto quizá no sea sufi-
ciente, pues sigue habiendo demasiados comisa-
rios a los que atribuir competencias. El número
máximo ideal de comisarios que, afortunada-
mente, los tratados siguen previendo que sea
correspondiente a los dos tercios del número de
Estados miembros, no podrá sin embargo apli-
carse, en su caso, más que a partir de 2019.
Así pues, si ya podemos constatar que la le-
gitimidad de la Comisión Juncker es mayor que
la de sus predecesoras, su plena eficacia, dada
su composición y esquema de funcionamiento
iniciales, va a resultar difícil de conseguir.
La Comisión, como motor de la construcción
europea, debe hacer uso de su monopolio de la
iniciativa legislativa para superar la etapa de
austeridad que los ciudadanos europeos han
sufrido. Tras los primeros meses de funciona-
miento de la nueva Comisión, puede señalarse
que se ha registrado un cambio importante res-
pecto a la anterior, pues se están planteando
relevantes iniciativas políticas. También se nota
el nuevo equilibrio político, consecuencia de la
composición del Parlamento, más progresista y
federalista, y por tanto más exigente, aunque
aún sea pronto para hacer una evaluación defi-
nitiva de su funcionamiento.
No obstante, las limitaciones de su mandato
habrá que tenerlas en cuenta a la hora de pro-
poner la reforma de los tratados en la próxima
Convención Europea.
Una “unión de ciudadanos y estados”
La actual crisis económica iniciada en 2008 se ha
enfrentado con respuestas conservadoras a través
de unas inadecuadas políticas de austeridad a ul-
tranza que no han obtenido resultados positivos,
han puesto en peligro las bases del modelo social
europeo de sociedad y han paralizado el creci-
miento, especialmente en los países del sur de
Europa. Gran parte de estas políticas se deben co-
rregir como consecuencia de la aplicación del pro-
grama
Un nuevo comienzo
, citado anteriormente.
Junto a ello, es necesario y posible acometer
las reformas constitucionales que permitan
avanzar en la profundización de la Unión
Europea con objeto de reforzar su sistema polí-
tico en una lógica federal, estableciendo lo que
ya en 1975 Leo Tindemans proponía: “poner el
tejado político” para que las lluvias o los tem-
porales no se lleven el conjunto del edificio,
como ha estado a punto de ocurrir durante la
crisis.
Los ciudadanos demandan con claridad la
adopción de políticas que den respuesta a sus
necesidades y aspiraciones, especialmente en
materia social, económica y de recuperación de
los derechos básicos que la crisis ha llevado de-
bilitado o puesto en cuestión. Es importante re-
saltar que en los dos últimos Eurobarómetros de
2014 la desafección hacia el proyecto europeo
ha disminuido, aunque no así la relativa a las
instituciones políticas nacionales, caso de
España. Es interesante señalar que los mientras
los medios de comunicación insisten en la falta
de respaldo progresivo que tienen las institucio-
nes europeas, ignoran que esa carencia es mu-
cho más acusada en cuanto a las instituciones
nacionales, especialmente el gobierno y el parla-
mento. Además, dicha falta de respaldo nacio-
nal es creciente cuando en el caso europeo es
decreciente. No obstante, hay que hacer notar