HACIA LA EUROPA FEDERAL
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una realidad, si bien aún matizada por el peso
del poder de los estados que se resisten a culmi-
nar el edificio de la construcción europea.
La VIII Legislatura (2014-2019): un nuevo
comienzo para Europa
Podríamos denominar esta legislatura como la del
inicio de un nuevo ciclo político europeo porque va
a permitir desarrollar la legitimidad de las institucio-
nes, especialmente de la Comisión –que se aseme-
ja cada vez más a un auténtico gobierno–, pero
también del Parlamento, cada vez más poderoso
frente al Consejo Europeo y al Consejo, que están
abocados a disminuir su influencia en las decisiones
de la Unión si se desea recuperar el pleno y necesa-
rio funcionamiento del método comunitario.
Este nuevo ciclo ha arrancado con la elabo-
ración de un programa audaz, sustentado por
las tres grandes fuerzas políticas europeístas
(populares, socialistas y liberales), cuyo conte-
nido se recoge en el discurso de investidura
del Presidente Juncker del 15 de julio de 2014,
que fue respaldado por aproximadamente el
60 % del Parlamento Europeo, o sea, por una
importante mayoría que traduce el fuerte res-
paldo a esta Comisión para la implantación de
las medidas incluidas en los compromisos de
Juncker.
Dicho programa es innovador en algunos te-
mas, como el Plan de Inversiones para el
Crecimiento o el diseño de un “actor más po-
tente” en la política mundial. Sin embargo, es
insuficiente en otros ámbitos, como la defensa
del modelo social europeo o la necesidad de re-
formas constitucionales en una lógica federal,
ámbito sobre el que ni afirma ni excluye nada,
aunque sí estuviera más o menos explícito en los
manifiestos electorales de las fuerzas políticas
citadas y durante la propia campaña.
Así pues, esta legislatura se diferencia de las
anteriores, en primer lugar, porque el nombra-
miento del presidente de la Comisión Europea
se ha hecho teniendo en cuenta los resultados
de las elecciones, como ha visualizado el voto
favorable de la mayoría de la Cámara; y en se-
gundo lugar, porque el funcionamiento del
Parlamento Europeo será a partir de ahora toda-
vía más similar al de todos los parlamentos na-
cionales, en los que unos grupos apoyan al go-
bierno y otros hacen oposición.
Un Parlamento más legítimo y con más
poder político
Los resultados de las elecciones europeas (en
contra de los temores de la opinión pública de
una Eurocámara eurófoba o euroescéptica) han
permitido la configuración de un Parlamento
con una clara vocación europeísta que facilitará
la estabilidad política con unas mayorías sufi-
cientes para llevar a cabo las reformas necesa-
rias. Al mismo tiempo, dichos resultados permi-
ten ver que en el ámbito europeo es más fácil la
gobernabilidad que en algunos Estados miem-
bros, dado que, por ejemplo, en Francia o Reino
Unido han ganado partidos claramente antieu-
ropeos y dudosamente democráticos, a lo que se
suma que, si bien en Italia y en otros países di-
chas fuerzas populistas y poco europeístas han
avanzado, no han logrado ganar los comicios.
La composición del Parlamento Europeo es
diferente a la de la legislatura precedente. El
Partido Popular Europeo, junto con los Liberales,
ya no tienen la mayoría absoluta. La diferencia
entre la derecha y la izquierda ha disminuido y,
además, durante los cinco años de la nueva
Legislatura y por vez primera, habrá un solo pre-
sidente (el socialdemócrata alemán Martin
Schulz), responsabilidad que hasta ahora se