CAPÍTULO 4.
SUPLEMENTOS NUTRICIONALES
Administración crónica de determinados fármacos como los quimioterápicos,
anticonvulsivantes y otros fármacos que disminuyan el apetito o puedan
alterar la capacidad de ingesta de los niños.
Tratamiento nutricional de enfermedades crónicas como la diabetes, la
enfermedad inflamatoria intestinal, la fibrosis quística o el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
Ocasionalmente podrían usarse en niños sin enfermedades crónicas durante
periodos cortos de tiempo, siempre que sea bajo supervisión del pediatra. Por
ejemplo, en niños con anorexia infantil o con dietas vegetarianas sin añadir
productos lácteos o los que presentan fracaso del desarrollo por ingesta
insuficiente o en la recuperación tras procesos infecciosos prolongados o
repetidos. En el resto de casos, como enfermedades metabólicas o situaciones
más complejas, su manejo requiere la supervisión de un servicio de nutrición
especializado.
CARACTERÍSTICAS DE LAS DIETAS POLIMÉRICAS
Densidad calórica:
determina la concentración calórica y de nutrientes. La densidad
calórica se relaciona directamente con el contenido líquido de la fórmula, por lo que
la administración de preparados hipercalóricos sin el aporte adicional de líquido
necesario podría provocar deshidratación. Se distinguen dos tipos: isocalóricas, en
las que 1 ml de preparado aporta 1 kcal, e hipercalóricas, con un aporte energético
> 1,5 kcal por cada ml.
Contenido proteico:
viene expresado por el porcentaje de calorías proteicas
respecto al total de calorías. La mayoría de las fórmulas poliméricas de adulto
contienen entre 11 y 18% y se denominan normoproteicas; cuando superan el 18%
del valor calórico total son hiperproteicas y se usan en situaciones metabólicas
especiales. Las fórmulas poliméricas infantiles se encuentran entre el 9 y el 15%
(normoproteicas); no existen fórmulas hiperproteicas para la edad pediátrica. Es
más apropiado utilizar para el niño mal comedor con bajo peso fórmulas con un
porcentaje calórico proteico menor.
Vía de administración:
en función de la patología de base, la tolerancia de alimentos
por vía digestiva y la duración previsible del soporte nutricional elegiremos la vía de
administración: oral, a través de sonda nasogástrica o enterostomías. En el mercado
existen dietas saborizadas que facilitan la administración oral de estos preparados.
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