¡TODOS A COMER!
Si queremos que el niño esté sentado en una mesa de adultos, buscaremos
una trona cómoda y, si es posible, evolutiva. La trona debe tener un respaldo en
vertical y no tener reclinado al niño, debe ser estable y contar con buen apoyo
para los brazos y para los pies. Hay niños que no se sienten cómodos y llegan
a sentirse inseguros si sus pies están colgando en el aire. El resto de niños se
verán beneficiados en su postura y en el manejo de su boca si sus pies están
bien apoyados en una superficie estable.
Si el niño va a comer en una mesa pequeñita, entonces buscaremos que la silla
sea acorde a su tamaño. Nos volveremos a fijar en que, al estar sentado, el niño
tiene sus pies bien apoyados en el suelo y sus brazos descansan en la mesa a
una altura adecuada.
Aprendizaje por imitación
Todo lo que sabemos lo hemos ido aprendiendo porque en algún momento lo
vimos, lo imitamos, lo practicamos y lo asimilamos. A la hora de comer, los bebés
cuentan con unos reflejos que les facilitan alimentarse y succionar lo hacemos
automáticamente al nacer. Estos reflejos van desapareciendo evolutivamente y
se van convirtiendo en movimientos voluntarios que vamos perfeccionando con
la práctica y la experiencia.
Si un niño nace de forma prematura sus reflejos estarán inmaduros y puede
presentar problemas en la succión y en la alimentación. En estos casos habrá
que hacer un trabajo individualizado y específico para poder favorecer una
adecuada succión. Del mismo modo, si un niño no ha podido vivir experiencias
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¿
cuál
de
estas
niñas
estará
más
incómoda
y
tendrá
más
dificultades
para
comer
?