CAPÍTULO 5.
TRASTORNO DE ALIMENTACIÓN ORGÁNICO
de aprendizaje o exploración por inmovilidad, enfermedad o por problemas
motores, sus vivencias van a influir en cómo se relaciona o cómo maneja su
cuerpo con respecto a los alimentos. En estos casos hay que hacer un trabajo
terapéutico individualizado según las características del niño, pero en todos
los casos, haya desafíos o no en el desarrollo, la imitación y el modelado serán
claves para ofrecer al niño un buen modelo a seguir.
Los niños no deben comer solos, deben comer en compañía y compartiendo la
experiencia que están viviendo. Todos podemos ingerir alimentos con el único
objetivo de nutrirnos, en estos casos podemos comernos un bocadillo a solas
en un rincón y velozmente, pero normalmente nos gusta comer en compañía de
otros, charlar durante la comida, probar o preguntar sobre lo que come el otro,
etc. Comer no es solo ingerir alimentos, comer también es un acto social y una
experiencia emocional. No privemos a los niños de esta experiencia desde sus
primeros momentos de aprendizaje y sentémonos siempre a comer con él y
compartamos la comida. Para el niño seremos su modelo constante y si nos ve
comer seremos una referencia a seguir.
Por eso es importante reflexionar y revisar cómo comemos nosotros. ¿Disfrutamos
comiendo? ¿Nuestra dieta es variada y equilibrada o por el contrario es restrictiva?
¿Comemos despacio y tranquilos o comemos con ansiedad? ¿Usamos cubiertos
o preferimos usar las manos? ¿Cómo se come en la cultura en la que vivo? ¿Qué
tradiciones se siguen tanto en los modales como en el tipo de alimentos que
se come? Si nosotros somos un buen modelo, incluyendo todas las variedades
culturales, y compartimos el tiempo de comer con nuestros niños, ellos contarán
con un modelo a seguir y podrán imitarnos en sus aprendizajes.
DESARROLLO DEL NIÑO Y SU RELACIÓN CON LA ALIMENTACIÓN
En el siguiente cuadro se recoge un breve resumen de la evolución en el
desarrollo de un niño y se ofrecen algunas actividades
como ideas para
fortalecer la musculatura de la cara y la boca.
Es adecuado favorecer los movimientos activos por parte del niño a través de
la imitación, en juegos de turnos, usando canciones, etc. Del mismo modo se
debe tener en cuenta también la edad y la maduración del niño, pues no es
necesario hacer todos los juegos seguidos ni a todas horas a modo de tabla de
ejercicios. Basta con incluir algunas actividades que se enfoquen en la boca y la
cara dentro de los juegos o rutinas diarias (en el baño, en el vestido, jugando a
cucú-tras, con nanas y canciones, etc.).
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