LA POLÍTICA DE DEFENSA DE LA UNIÓN EUROPEA EN EL MARCO DE LA APLICACIÓN DE LA ESTRATEGIA GLOBAL PARA LA POLÍTICA...
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– El agravamiento progresivo de los riesgos y
amenazas en nuestra vecindad próxima, ci-
tados anteriormente, que además siguen
aumentando de forma considerable. Estos
riesgos y amenazas lo son para la Unión
Europea en su conjunto, así como para su
modelo político y de sociedad, fundamenta-
do en valores, y no para uno o varios de los
Estados miembros individualmente. La res-
puesta, por tanto, debe ser colectiva.
– Un actor político global debe responsabili-
zarse de su propia defensa y no puede su-
brogarla a otros, como ocurre actualmente
con la OTAN. Si quiere ser un actor autóno-
mo, la Unión Europea debe asumir su propia
responsabilidad en la defensa de sus ciuda-
danos y sus territorios.
– Tal y como hemos visto, el Tratado de Lisboa
establece las bases jurídicas necesarias para
su desarrollo y fortalecimiento. Ahora lo que
hace falta es la voluntad política que exprese
de forma clara la puesta en marcha de los
instrumentos necesarios para conseguirlo.
– La Estrategia Global para la Política Exterior
y de Seguridad, que contiene el principio de
autonomía estratégica, transforma la obliga-
ción jurídica de defensa de ciudadanos y te-
rritorios en un compromiso político. Las me-
didas de política de defensa están tratando
de hacer operativo este compromiso a través
de medidas concretas.
– En los últimos años, especialmente desde
noviembre de 2015, se está produciendo
una vinculación estructural entre la seguri-
dad interior y la seguridad exterior, siendo
necesaria la política de defensa incluso para
cuestiones de terrorismo. Ambas dimensio-
nes se convierten en este caso en dos caras
de la misma moneda.
¿Para qué es necesaria la política de defen-
sa? Para consolidar la Unión Europea como
actor global, normativo y diplomático, que ac-
túa cada vez más en la gobernanza mundial,
exponiendo la dimensión externa de su modelo
interno. Hay que resaltar que no hay que enten-
der la política de defensa como una parte de la
política exterior, sino como una política impres-
cindible para que pueda funcionar el actor glo-
bal sin que su actividad sea condicionada por
presiones de carácter militar. La presencia de la
Unión Europea en el mundo nunca se deberá a
su capacidad defensiva, sino a la defensa de va-
lores e intereses y a su modelo de sociedad, a
través de instrumentos tales como la política
comercial, cultural, humanitaria, de desarrollo,
etc. Sin embargo, hoy, para que esto sea posible
es imprescindible una defensa colectiva que
permita esta actuación en el mundo.
Conclusión: la necesidad de formulación de
una auténtica política de defensa europea
A lo largo de estas líneas hemos visto que la
política de defensa y la defensa común es un
anhelo europeo de hace casi setenta años. Este
ha surgido como una necesidad y especialmen-
te condicionado por factores internacionales. En
la actualidad también son factores internaciona-
les los que impulsan tanto la profundización en
la integración (en este caso especialmente el
brexit
y el presidente Trump) como la política de
defensa (de forma específica el Daesh y la ame-
naza rusa).
En los últimos meses, a partir de la activación
francesa de la cláusula defensiva, empieza a vi-
sualizarse que la PCSD debe ocuparse no solo
de las operaciones de gestión de crisis civiles y
militares en el exterior, sino especialmente de la
defensa de ciudadanos y territorios, lo que exige
la formulación de una auténtica política de de-
fensa desgajada de la política exterior europea,