

EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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llegada a Europa. El Parlamento Europeo y el Consejo tienen aún la posi-
bilidad de alinear la cooperación con los países de acogida y de tránsito, el
control de las fronteras exteriores y las normas en el interior de la Unión
Europea con la evaluación y el seguimiento coherente del respeto a los
derechos humanos.
5. Política exterior y de defensa
– La llegada al poder de Donald Trump (con el consiguiente descenso en
su apoyo a la seguridad europea) y el
brexit
(con una perspectiva simi-
lar) son tanto desafíos como oportunidades para que la UE actúe como
un poder global relevante. A tal fin, es preciso conformar una coalición
de voluntades entre las instituciones comunitarias y los principales y
más proeuropeos Estados miembros, que quieran avanzar más en po-
lítica exterior y de seguridad.
– La Unión Europea debe completar los instrumentos que despliega en
su política exterior con el uso de un instrumento militar propio e inte-
grado. Sin él, la Unión Europea, como tal, no podrá ayudar a restable-
cer la paz allí donde sea necesario actuar militarmente para poner fin
a la guerra y a las amenazas para la seguridad europea, así como pro-
teger a la población civil afectada por un conflicto. La UE debe apostar
por una Europa de la defensa y la seguridad para avanzar a hacia una
autonomía estratégica. Ello puede hacerse, en el marco de implemen-
tación de la Estrategia Global de Seguridad y Defensa, por la vía de una
cooperación estructurada permanente, financiada en parte con el fon-
do para la defensa europea anunciado por la Comisión, y en parte por
cada país; o bien, en su defecto, por la vía de una cooperación refor-
zada en un aspecto concreto.
– La UE debería abrir un amplio debate interno para abordar la futura
revisión del fracasado Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión
(TTIP) con EE.UU. Dicha revisión debe hacerse en clave social, poniendo
el comercio y la inversión al servicio del empleo, y no al revés. El acuer-
do debería insertarse en una estrategia paneuropea que comporte un
desarrollo sostenible global, una política económica expansiva, nuevos
empleos de calidad, o un apoyo público a la I+D+i.
– En suma, la UE debería desmarcarse inequívocamente de las posiciones
manifestadas por la nueva administración norteamericana en comercio
(proteccionismo), migraciones (restricciones a países musulmanes), y
energía y cambio climático (incumplimiento del acuerdo sobre cambio
climático de París). También debería distanciarse respecto a una posición