

EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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La crisis ha dejado un legado de paro juvenil, bajos salarios y desigual-
dad crónica, que se ha clavado en el corazón de las sociedades europeas.
El efecto está siendo la subida sorprendente de partidos populistas, fun-
damentalmente de la extrema derecha. Partidos que plantean al electora-
do como salida la ruptura del proyecto europeo y el cierre de las fronteras
a la inmigración, tan necesaria para nuestra economía productiva. Todo
ello trufado de mensajes venenosos de xenofobia y racismo ante la llegada
de refugiados (ver el capítulo redactado por Enrique Ayala).
A esas ideas –si se les puede llamar así– colabora la amenaza del Daesh,
del Estado Islámico, como siempre ha sucedido con el terrorismo, enemigo
jurado de la democracia.
También son preocupantes las políticas que vemos alrededor de nues-
tras fronteras, no precisamente proeuropeas y amigables. Por ejemplo, en
la Rusia de Putin o en las posiciones de Erdogan.
Pero hay amenazas que provienen de nuestro propio campo geopolíti-
co occidental. Así, el inquietante discurso aislacionista, nacionalista y pro-
teccionista de la Administración Trump y de algunas derechas europeas.
Y por si tuviéramos poco, por primera vez, como decíamos, una parte
de la Unión –el Reino Unido– va a salir de ella, desencadenando un desafío
de grandes proporciones a la Unión y, especialmente, a sus ciudadanos.
Estos ya no podrán circular, residir y trabajar libremente en ese país, ni los
británicos en la Unión. El Reino Unido ha abandonado incomprensible-
mente, cometiendo un error histórico, una de las mayores conquistas de
las que disfrutamos en Europa (ver capítulos realizados por Mercedes Gui-
nea y por José Candela).
Existe el peligro de que el proyecto europeo se debilite profundamente
si no se transmite a los 500 millones de europeos y europeas la solidez de
unos valores fundamentados en los derechos humanos, el Estado de dere-
cho, la democracia, el Estado de bienestar y la convergencia económica y
social entre los países que integran la Unión Europea.
En este Informe, en sus capítulos y recomendaciones, estudiamos en
profundidad el estado de la Unión y proponemos medidas o líneas de ac-
ción con las que relanzar la Unión Europea:
– Ante todo y en primer lugar, la defensa y reivindicación, en el seno de
cada uno de los países que componen la Unión, del Estado de derecho,
la separación de poderes y el control judicial y parlamentario de los
gobiernos, atributos consustanciales con nuestra cultura política demo-
crática, y requisitos ineludibles para ser parte de la Unión Europea.