CAPÍTULO 6.
TRASTORNO DE ALIMENTACIÓN NO ORGÁNICO
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DIFICULTADES DEL NIÑO EN LA ALIMENTACIÓN
¿Qué significa la alimentación?
Comer es una necesidad esencial para la vida y el desarrollo. Hacerlo de una
manera adecuada y, sobre todo, disfrutarlo y sacarle el máximo partido se
aprende desde que se nace hasta la adolescencia. Es un continuo aprendizaje:
a medida que el niño va cumpliendo años va superando nuevos retos e
incorporando nuevas experiencias relacionadas con la alimentación.
Más allá del acto fisiológico, el momento de la comida es el mejor escenario para
desarrollar capacidades y habilidades del niño de forma distendida y segura, a la
vez que se fortalece la comunicación y las relaciones familiares. No solo permite
trabajar aspectos como la psicomotricidad o el razonamiento lógico, sino que
también da la oportunidad a los padres para participar en el desarrollo de la
personalidad de su hijo.
La personalidad se elabora a través de las relaciones interpersonales, siendo la
familia el marco de referencia principal y la comida uno de los pocos momentos
de reunión diaria. Por eso, cuando la familia se reúne para comer, lo habitual
es aprovechar para sacar temas de conversación agradables que contribuyan
a crear una atmósfera relajada. Durante esta conversación, los padres pueden
aprovechar para transmitir a los niños aspectos positivos sobre su forma de ser,
las cosas que hacen bien, las conductas más adecuadas o cómo pueden mejorar
otras que no lo son tanto. Todo ello favorece el desarrollo del autoconcepto y la
autoestima en los niños. Del mismo modo, la adquisición de valores es esencial
para un correcto desarrollo personal. Valores como compartir, colaborar o
convivir se transmiten dentro del tiempo de la comida a través de pequeñas
tareas como poner la mesa o avisar a los comensales de que la comida está
lista. A su vez, estas pequeñas responsabilidades promueven la autonomía de
los niños, fortaleciendo una imagen positiva de sí mismos.
A nivel cognitivo, durante la comida se están trabajando de forma inconsciente
aspectos como la atención, la memoria o el razonamiento lógico. Mientras
comen, los niños deben ser capaces de alternar su atención entre la propia
comida y la conversación que se desarrolla a su alrededor si quieren participar
de ella. Igualmente, para compartir con el resto de la familia sus experiencias y
opiniones es necesario que accedan a sus recuerdos y los reconstruyan de forma
sintácticamente correcta para que puedan ser comprendidos por el resto. A su vez,
los otros comensales aportan al niño diferentes perspectivas sobre los diversos
temas que hayan podido surgir durante la conversación y contribuyen con ello a