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La importancia del I+D+i para las
empresas y el empleo
Tras varias décadas de globalización de la eco-
nomía y su impacto en los flujos de bienes y
servicios, somos capaces de percibir algunos de
sus efectos a nivel geoestratégico en las econo-
mías mundiales. Se ha producido una progresiva
segmentación y especialización de las diferentes
regiones del mundo alrededor de sus fortalezas
competitivas clave, ya sea de forma planificada
o puramente inducida por las fuerzas del merca-
do. En este reparto de roles, con nuestros activos
y con nuestras capacidades competitivas globa-
les, y con todos los matices a los que la diversi-
dad europea obliga, Europa no está consiguien-
do alcanzar y sostener unos niveles de crecimien-
to equivalentes al de otras zonas del mundo.
Difícilmente las sociedades europeas van a
poder competir globalmente en base al acceso
barato a materias primas o a costes laborales
bajos, por ejemplo, pero sí podemos tener éxito
si enfocamos nuestras energías a ser líderes glo-
bales en la innovación y desarrollo de productos
y servicios, tecnológicos y no tecnológicos. Este
modelo productivo de alto valor añadido ade-
más es perfectamente consistente con la soste-
nibilidad de lo que hemos llamado el modelo
social europeo, un modelo de cohesión y de pro-
tección amplia de todas las capas de la sociedad,
que, de forma más o menos reconocida, repre-
senta una aspiración para millones de personas
en el mundo.
Una aspiración que se ve cuestionada por la
gran debilidad que está mostrando Europa en el
crecimiento y en el empleo. Desde 1999, el año
de la puesta en marcha del euro, la zona euro
ha tenido peores resultados económicos en
comparación con países similares, como EE. UU.,
Canadá, Noruega, el Reino Unido o Australia. Y
el desempleo ha sido mayor. A partir del 2010,
la zona euro ha sido la única región económica
del mundo que volvió a la recesión. Las econo-
mías europeas no acaban de encontrar la fór-
mula para competir con éxito y crecer vigorosa-
mente en el entorno globalizado en el que esta-
mos. Y revertir esta situación, junto con muchas
otras acciones o reformas, pasa por un modelo
económico y productivo basado en la Innova-
ción y en el diseño y producción de bienes y
servicios de alto valor, para los que la I+D+i se
convierte en la fortaleza clave.
En este sentido, los países de la Unión Euro-
pea y las instituciones comunitarias son cada
vez más conscientes de la importancia crucial
que tiene para nuestro desarrollo económico el
liderazgo europeo en la Economía del Conoci-
miento y la Innovación. La innovación debe des-
empeñar un papel cada vez más central en
nuestra economía y en la economía de los
La Agenda Digital
Manuel Ausaverri