Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  121 / 154 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 121 / 154 Next Page
Page Background

TRAS EL

BREXIT

LA RECUPERACIÓN DEL DEBATE SOBRE LA UNIÓN POLÍTICA

121

que el Consejo Europeo separase la gestión de

las negociaciones con el RU de la gestión del

resto de asuntos prioritarios en curso para que

no haya influencia mutua negativa ni ineficacia

en ambas gestiones.

Además, una reforma de los tratados nece-

sita una pedagogía previa de los que en la ma-

yoría de los Estados (en algunos Estados miem-

bros, los tratados europeos no se ratifican por

referéndum sino por el parlamento) van a tener

la última palabra para aprobarla, es decir, los

ciudadanos. Hay que dar tiempo a las institucio-

nes de la Unión, a las administraciones naciona-

les y a la sociedad civil europea a realizar y hacer

políticamente rentable esa pedagogía y prepa-

rar bien el debate.

Entre las cuestiones de fondo está el hecho

de que a través de sondeos recientes se perci-

be en la opinión pública europea una cierta

preferencia por el aumento de la legislación

material europea (empleo, migración, seguri-

dad) que por la formal (reforzamiento de la

democracia)

10

.

En todo caso, la carga simbólica, y la renta-

bilidad política, de declarar la voluntad de orga-

nizar un debate público de amplio alcance sobre

la unión política deriva del hecho de que, si la

Unión se adelanta tomando esa iniciativa, los

movimientos y partidos antieuropeístas y desin-

tegradores tendrán en su contra, en el momen-

to de las elecciones de este año (especialmente

en Francia y Alemania), un impulso previo clara

y resueltamente integrador y europeísta por

parte de la Unión.

Para que una futura convención tenga éxito

pleno y sus conclusiones no sean rechazadas

10

 Vid. el Eurobarómetro de 2016 sobre el futuro de Europa

en:

http://ec.europa.eu/COMMFrontOffice/publicopinion/

index.cfm/Survey/getSurveyDetail/yearFrom/1974/year-

To/2016/surveyKy/2131

por los pueblos europeos, como sucedió en

2005, dicha convención deberá ser lo más par-

ticipativa posible para los ciudadanos europeos.

Se les debería reservar la última palabra, limitan-

do al máximo el poder decisional de órganos

intermedios en los que solo los poderes estata-

les o las instituciones europeas estén represen-

tados (como fue el caso, por ejemplo, del

Presidium de la convención de 2003).

Esto es, habría que organizar la gobernanza

de esa convención de modo que sean los ciuda-

danos europeos, mediante su implicación desde

el inicio hasta el final del proceso de toma de

decisiones de la convención, los que realmente

decidan, a fin de que la propia ciudadanía en

cada Estado, tras haber podido elaborar proyec-

tos propios de decisiones de la convención y

también en el momento de ratificar mediante

referéndum las conclusiones de esta, compren-

dan lo que están ratificando y voten en conse-

cuencia. Solo aquel que está implicado de prin-

cipio a fin en un proceso de toma de decisiones

comprende y puede asumir como propios dicho

proceso y su resultado.

La constante necesidad de mejorar

la calidad de la democracia europea

Por encima de la actual crisis coyuntural de la

Unión, lo que está aconteciendo a nivel global

es una crisis de la democracia representativa.

La Unión Europea sufre actualmente los mis-

mos síntomas que las democracias nacionales

de sus Estados miembros y de la misma forma

que aumenta en estos (por la derecha y por la

izquierda) el voto a partidos políticos que parten

de la constatación de dicha crisis para propug-

nar cambios del modelo representativo, la Unión

Europea debería prever que solo la superación

de ambas crisis, simultáneamente, permitirá