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En el año 2016 la política social retornó tími-
damente a la agenda europea. En una Unión
Europea (UE) en la que cada vez es más difícil
detectar el más mínimo impulso de cambio, re-
forma y no digamos profundización, correspon-
dió a la Comisión Europea retomar esta cuestión
para dar contenido a los compromisos de ges-
tión del mandato “Junker”.
Es pronto para valorar si este impulso respon-
de a un intento verídico de adoptar esta agenda
o simplemente se trata de un ejercicio de mero
trámite y de simple cumplimiento de una prome-
sa cuyo contenido nunca se definió, y que debía
ser abordada a lo largo de una legislatura euro-
pea ya en su ecuador. La política social aparece
siempre en toda hoja de ruta, es parte funda-
mental de nuestro modo de vida –el gasto social
europeo, que equivale al 30 % de nuestro pro-
ducto total, representa el 50 % del gasto social
total mundial–, aunque casi siempre se margine,
como en los durísimos años del ajuste impuesto
por las políticas de austeridad. Otra cosa es abordar
la cuestión con verdadera capacidad y voluntad
política de alcanzar nuevos objetivos.
La construcción de un pilar europeo
de derechos sociales
La Comisión analizará hasta el comienzo del
año 2017, junto con las autoridades nacionales,
los interlocutores sociales, la sociedad civil y los
ciudadanos, cuál debe ser el contenido y fun-
ción del pilar europeo de derechos sociales. Está
previsto que en marzo de 2017 se presente la
propuesta. La Comisión Europea copatrocinará
junto a Suecia una cumbre social de la UE, en
particular una Cumbre Social para Empleos
Justos y Crecimiento el día 17 de noviembre de
2017 en Gotemburgo (Suecia).
Durante todo el proceso de reflexión pública
sobre el pilar europeo de derechos sociales se
han presentado más de 16.000 contribuciones.
El Parlamento Europeo ha elaborado un informe
Tímido despertar de la política
social en una Europa
amenazada por la persistente
pobreza y desigualdad
Juan Moscoso del Prado Hernández