

EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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UE con los países de los Balcanes. El año pasado
se tomó la decisión de preparar un Plan 2017-
2019 para asistencia regional a los Balcanes en
materia de terrorismo, crimen organizado y se-
guridad fronteriza financiado por el instrumen-
to de preadhesión. En la misma región, la politi-
zación y el riesgo de violencia en Kosovo
aconsejó prorrogar la Misión Europea para el
Estado de derecho (EULEX) hasta junio de 2018.
Igualmente, el Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas votó la renovación de la opera-
ción militar de la UE en Bosnia-Herzegovina
(EUFOR/ALTHEA). Por último, la negociación de
adhesión con Serbia ha seguido avanzando des-
de que se abrieran los dos primeros capítulos en
diciembre de 2015.
La falta de oportunidades se mezcla con
la radicalización y las migraciones en el
Mediterráneo
La frontera entre la Unión Europea y África es la
más desigual del Planeta, independientemente
del indicador con el que se mida. Las diferencias
ente la renta per cápita de la UE y la de los paí-
ses africanos llega a ser de 1 a 30. La tasa de
natalidad media en el continente africano es de
4,7 hijos por madre frente a una tasa media eu-
ropea que ronda el 1,6. A todo esto hay que
añadir una profunda falta de perspectivas labo-
rales para los jóvenes de un continente en el
que en muchos países los menores de 25 años
superan el 50 % de la población. La presión mi-
gratoria sobre la frontera sur de la UE responde
a esta realidad.
La Cumbre de La Valetta entre la UE y África
se centró en estos aspectos de los movimientos
migratorios desde el vecindario sur de Europa.
La idea fue atacar las raíces profundas de este
fenómeno y no solo las migraciones en sí. Para
ello, se han puesto en marcha planes específicos
en cinco países piloto: Etiopía, Mali, Níger,
Nigeria y Senegal. A este fenómeno migratorio
se ha unido la vulnerabilidad de muchos países
africanos ante la radicalización, el extremismo y
el terrorismo, desde Libia y la franja del Sahel,
donde el grupo Boko-Haram se ha convertido
en el ejemplo más macabro del extremismo yi-
hadista, hasta Somalia en el Cuerno de África.
En 2016 la lucha contra el terrorismo y la
prevención de la radicalización, el apoyo al sec-
tor de la seguridad y la gestión de fronteras han
ocupado una gran parte de la política exterior
de la UE hacia el Mediterráneo y África. Así, en
Libia la UE apoya con 100 millones de euros al
Gobierno de Acuerdo Nacional. En Mali, la fi-
nanciación de la UE sigue siendo clave para la
puesta en marcha del plan de paz firmado en
2015.
En el conflicto israelí-palestino no ha habido
avances sobre el terreno, ni cambios en la pos-
tura de la UE, que sigue apoyando la solución
de dos Estados y condenando los asentamientos
por ser “ilegales y un obstáculo para la paz y
amenazar la solución de dos Estados”, como
han recordado en varias ocasiones la alta repre-
sentante y el Consejo Europeo. La última inicia-
tiva en apoyo de la solución de dos Estados ha
sido la convocatoria en París de una cumbre a la
que han acudido todos los países de la UE y la
alta representante, además de representantes
de otros 42 Estados.
América Latina, más presente en la política
exterior de la UE pero lejos del peso de la
región
La relación de la UE con América Latina ha ido
perdiendo importancia en la acción exterior de
la Unión desde mediados de los noventa. El