LA INNOVACIÓN DIGITAL PRECISA EL ESTADO DE BIENESTAR
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apuesten por políticas laborales descentraliza-
das, flexibles o digitales. Si tenemos en cuenta
los efectos de la modernización externa e inter-
na, por un lado, y la desigualdad social, por
otro, podemos construir un modelo que mues-
tre, sistemáticamente, las interacciones entre
estado de bienestar y digitalización, y en el que
podremos ir colocando los países que hemos
ido analizando (
Tabla 1
).
La comparativa revela que Suecia tiene la
tasa más baja de desigualdad social gracias a la
alta capacidad redistributiva de su estado de
bienestar (modelo socialdemócrata). El país
también moderniza constantemente su estado
de bienestar internamente. Por todo ello, Suecia
puede considerarse un ejemplo a seguir. Del
mismo modo, Estonia y Reino Unido (con sus
niveles relativamente altos de cobertura y avan-
ces en materia de servicios públicos digitales)
están esforzándose por modernizarse interna-
mente y beneficiándose de estos avances. Sin
embargo, los efectos de la estratificación posco-
munista en Estonia o del modelo liberal en
Reino Unido son todavía visibles en los sistemas
de seguridad social de ambos países. De hecho,
se acentuarán si los respectivos estados de bien-
estar no toman medidas concretas al respecto.
En el caso de Estonia, el país debe hacer frente
a un mercado laboral muy dualizado y a las des-
igualdades sociales que este acarrea.
Por su parte, los estados de bienestar conser-
vadores (como Francia y Alemania) están más
influenciados por los efectos de la modernización
externa. Es el estado de bienestar el que se
adapta a la Industria 4.0. En estos casos, el prin-
cipal reto consiste en recalibrar la redistribución
interna del trabajo y las prestaciones sociales.
Los estados de bienestar mediterráneos (España
e Italia) son los que se enfrentan a los mayores
desafíos. En ambos países, la tasa de desigual-
dad social es alta y se ha visto exacerbada por
los efectos de la crisis económica. Además, fac-
tores de modernización externa (especialmente
los ligados al mercado laboral) contribuyeron a
una mayor estratificación de la sociedad. Sin
embargo, la digitalización sistemática del esta-
do de bienestar ofrece a estos países un gran
potencial de desarrollo (particularmente ligado a
la integración de las tecnologías digitales en el
sector industrial, la creación de capital humano y
la potenciación de servicios públicos digitales). En
el caso de España, por ejemplo, cuando analiza-
mos el sistema sanitario, la digitalización de los
servicios públicos es una estrategia para hacer
frente a las consecuencias de la crisis económica
y a problemas de modernización latentes. Pare
que, poco a poco, el país va poniéndose al día.
Conclusión
La digitalización puede aportar progreso social y
económico, así como mayor igualdad, pero no
en todos los modelos de estado de bienestar y
no en la misma medida. Los países escandinavos
(Suecia, Dinamarca, Finlandia) parecen estar en
Tabla 1.
Modernización y desigualdad social: una comparativa basada en interacciones
Modernización
Externa
Interna
Desigualdad social
Baja
Suecia
Media
Alemania, Francia
Reino Unido
Alta
Italia, España
Estonia
Fuente: Buhr
et al
., 2016.