EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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elecciones al Parlamento Europeo de 2019 son
un límite implícito. Sería políticamente suicida
que la UE convocara a las urnas a sus ciudada-
nos sin tener ya clara la salida a la crisis existen-
cial que supone el
brexit
. Por tanto, para la pri-
mavera de 2019 las negociaciones tendrían que
haber acabado y el acuerdo resultar aprobado,
de forma que los candidatos al Parlamento, y la
Comisión, se presenten a sus ciudadanos con
un proyecto ilusionante de revitalización del
proyecto europeo.
El
brexit
y la UE del futuro: un momento
de la verdad
El
brexit
abre un proceso político desconocido,
plagado de interrogantes, dado que nunca se
ha producido con anterioridad la retirada de un
Estado miembro de la integración europea. Será
un proceso de una enorme complejidad, dado
que la UE no es solo una organización interna-
cional, sino un sistema político de integración
entre Estados nación. Esto supone la existencia
entre sus miembros, Estados y ciudadanos, de
un densísimo tejido de relaciones políticas, eco-
nómicas y sociales fruto de cuarenta y tres años
de integración. Aunque el RU sea el Estado me-
nos integrado, que siempre ha luchado por pre-
servar al máximo su soberanía, la tarea de des-
hacer cuarenta y tres años de integración es
monstruosa y afecta a todas las áreas de
Gobierno.
Previsiblemente el
brexit
acabará en tres tra-
tados: el de retirada, el de las relaciones futuras
y el de reforma de la Unión. Es el momento en
que los 27 y las instituciones comunes aborden
sosegada pero decididamente una renovación
del proyecto de la Unión, que permita que esta
rinda los resultados que sus ciudadanos esperan
y sea un actor global creíble.