CULMINAR Y REEQUILIBRAR LA UNIÓN ECONÓMICA Y MONETARIA
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política macroeconómica deben complementar-
se con estrategias macrosociales, que eviten
una desigualdad social excesiva tanto entre los
países de la UEM como en el plano nacional, y
que conecten mejor los objetivos de crecimiento
y hacienda pública con los de empleo, rentas y
justicia social.
Huelga decir que toda esta evolución debe
verse respaldada por estándares y normas socia-
les comunes lo bastante fuertes, dentro de un
mercado único que funcione correctamente,
sobre todo para crear límites a los procesos de
devaluación interna en los que se requieren re-
cortes, para así eliminar el riesgo de
dumping
social como perjudicial fuente de regresión so-
cial dentro de los Estados miembros, que da lu-
gar a una carrera hacia el abismo social dentro
de la zona del euro en su conjunto. Debería es-
tablecerse en la UEM un conjunto básico de
principios laborales comunes y fundamentales,
políticas de empleo activas, regímenes de rentas
mínimas y umbrales nacionales de salarios míni-
mos obligatorios o negociados, así como están-
dares para la protección en caso de desempleo.
Asimismo, el control y supervisión del em-
pleo y de los desequilibrios y desafíos sociales
dentro de la gobernanza económica de la UE,
recientemente reforzados, deberían someterse
a un adecuado seguimiento en las recomenda-
ciones específicas por país. Una reforma mínima
consistiría en adoptar umbrales de alarma para
los principales indicadores laborales y sociales
del Informe conjunto sobre el empleo, lo que
permitirá destacar las situaciones y evoluciones
sociales más preocupantes; dichos umbrales
conllevarán la integración de un pormenorizado
análisis en los informes nacionales, para que las
correspondientes recomendaciones específicas
por país establezcan cómo abordar los proble-
mas laborales y sociales detectados. Este marca-
dor también debería elaborarse por géneros.
Una reforma más avanzada de los procesos vi-
gentes podría consistir en sumar al actual proce-
dimiento de desequilibrios macroeconómicos
un auténtico Procedimiento de Desequilibrios
Sociales (PDS) que ofrezca una supervisión ma-
crosocial consagrada jurídicamente y que, den-
tro de lo posible, introduzca políticas correctivas
que entren en vigor cuando se alcancen niveles
alarmantes de desempleo, pobreza o desigual-
dad.
Este refuerzo de la gobernanza socioeconó-
mica de la UEM también podría guiar el uso de
los fondos generados por la capacidad fiscal de
la UEM, y ayudaría a garantizar que se aborden
oportuna y eficazmente las crisis sociales que
debilitan el funcionamiento y el potencial de
crecimiento de la UEM. En este contexto, debe-
ría reconocerse y fomentarse el papel de la eco-
nomía social, sobre todo como factor de resis-
tencia en momentos económicamente difíciles.
En el informe sobre el mecanismo de alerta
2016, emanado del procedimiento de desequi-
librios económicos, la Comisión presta una
atención creciente a tres indicadores relaciona-
dos con el empleo: la tasa de participación, la
tasa de desempleo juvenil y la tasa de desem-
pleo de larga duración. Los informes del
Parlamento sobre el Semestre Europeo de 2016
también subrayan la importancia de reflejar
adecuadamente en las pautas de políticas los
indicadores sociales clave, como pueden ser las
rentas de las economías domésticas, la pobreza
y la desigualdad.
En el segundo semestre de 2015, bajo la
Presidencia del Consejo de Luxemburgo, se ce-
lebraron dos reuniones de los ministros de
Trabajo y Asuntos Sociales de la zona euro, cen-
tradas en las formas de ampliar la coordinación
de las políticas laborales y sociales en la UEM y
en la creación de alternativas a políticas perjudi-
ciales de devaluación interna.