UN NUEVO COMPROMISO RELEVANTE Y EXIGENTE DE LOS ESTADOS MIEMBROS EN MATERIA DE SEGURIDAD...
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colectiva de sus miembros, y que es compatible
con la política común de seguridad y defensa
establecida en este marco […]”.
Las circunstancias actuales de incremento de
las amenazas en la frontera oriental de la Unión
Europea hacen que algunos de los Estados que
no pertenecen a la Alianza Atlántica –como, por
ejemplo, Suecia y Finlandia– vean con gran inte-
rés la necesidad de hacer creíble esta Alianza
Defensiva exclusivamente europea y, por ello,
presionan en el fortalecimiento de las capacida-
des de la UE, que se esperan conseguir a través
de la PESCO.
En todo caso, la relaciones entre ambas or-
ganizaciones, que nunca ha sido especialmente
buena, no es una cuestión sencilla, si bien la
Declaración de Varsovia y la de Bratislava entre
la Unión Europea y la OTAN de septiembre de
2016 en materia de cooperación va a resolver
gran parte de estos problemas de la relación en-
tre ambas organizaciones. Ahora, como conse-
cuencia de los Acuerdos de Cooperación de
Varsovia, la relación posiblemente es mejor que
nunca, sin embargo, el refuerzo de la PCSD y el
nacimiento de la PESCO está originando algu-
nas susceptibilidades al otro lado del Atlántico.
Así, en el Consejo Atlántico del pasado 10
de febrero, el representante de Estados Unidos
puso objeciones al desarrollo de la PESCO, y lo
mismo está ocurriendo en otros foros interna-
cionales como la Conferencia de Seguridad
Europea de Múnich de unos días después o en
la Asamblea Parlamentaria de la OTAN, en el
mes de marzo de 2018.
Esta preocupación se basa, entre otros ele-
mentos, en la consideración de que en algunos
sectores de Estados Unidos entienden que como
consecuencia del desarrollo de la política de de-
fensa y especialmente de la PESCO se reduzca la
compra de armamento militar a los Estados
Unidos.
La paradoja británica en su posición frente
a la política de defensa y a la PESCO
Hay que poner de manifiesto que el Reino Unido
se ha opuesto a lo largo de sus más de cuarenta
años de pertenencia a la Unión Europea al desa-
rrollo de la política de seguridad y defensa, y con-
cretamente en la última década ha frenado la
puesta en marcha de la PESCO y de otros instru-
mentos de seguridad y defensa. Todavía en la car-
ta de solicitud de retirada de la primera ministra,
la señora May, del 29 de marzo de 2017, en la
aplicación del artículo 50, resaltó la posibilidad de
que si no se llegaba a un acuerdo económico
aceptable para el futuro de sus relaciones, se des-
vincularían de los asuntos de seguridad y defensa.
Transcurrido un año desde esa fecha, la si-
tuación ha cambiado sustancialmente y la Unión
Europea ha conseguido tanto llegar a un
preacuerdo sobre la primera fase de las negocia-
ciones el 8 de diciembre de 2017 en el que la
Unión Europea ha conseguido sus objetivos ini-
ciales, opuestos a los del Reino Unido, así como
desarrollar de forma sustantiva la política de
defensa en este último año. Esto ha sido posible
gracias a la cohesión entre los Estados miem-
bros, que ha aumentado significativamente
como consecuencia de la retirada británica y,
por ello, se ha conseguido la unidad en las ne-
gociaciones frente al Reino Unido.
La paradoja consiste en que, en el informe
“Foreign policy, defense and development”, del
mes de septiembre de 2017, el gobierno britá-
nico se defiende diciendo que en materia de
seguridad y defensa quieren participar de forma
decidida en todos los desarrollos, aunque estén
fuera de la UE. Posteriormente, ha habido diver-
sas declaraciones públicas del Gobierno británi-
co en la misma dirección, aún más precisas.
Aún más recientemente, en la Conferencia
de Seguridad de Múnich, celebrada el pasado