PORTUGAL, CULTURA Y DESARROLLO
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De ahí, especialmente para nuestro país, que
haya que reforzar el principio de subsidiaridad,
de descentralización y desconcentración de la
toma de decisiones y de una planificación estra-
tégica que venga articulada y coordinada con la
Unión Europea.
Hablar hoy de una sociedad democrática sig-
nifica buscar nuevas formas de legitimación de
la acción política, nacional y europea, siempre ba-
sadas en los tres principios clásicos: la soberanía
popular, en la separación e interdependencia de
los poderes y en el pluralismo político.
No es suficiente el voto, necesario, sí, pero
que debe ir acompañado de una gobernanza
controlada por una
accountability
efectiva. Es
este nuestro desafío en estos tiempos. Portugal
está llamado a defender estos principios en
Europa en aras del desarrollo y del respeto a los
derechos fundamentales.