ACTUALIZACIÓN DE LA POLÍTICA CLIMÁTICA Y ENERGÉTICA DE LA UE. EL NUEVO MARCO 2030 Y SUS IMPLICACIONES
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raíz de ese enfoque principalmente doméstico de
los mercados energéticos, las preferencias en
materia de política energética externa de cada
Estado miembro dependen principalmente de su
combinación energética y de las estructuras es-
pecíficas de dependencia de importación en
cuestión (cf. Geden y Dröge, 2010).
El desarrollo futuro de la política climática y
energética de la UE dependerá en gran medida
de las soluciones que las instituciones europeas
aporten en lo que se refiere a dos áreas funda-
mentales, pero polémicas desde el punto de
vista político: en primer lugar, la expansión de
las redes de electricidad y gas natural, que son
decisivas para la construcción de un mercado
energético interno en la UE, y, en segundo lu-
gar, la cuestión cada vez más urgente de hasta
qué punto la política climática y energética de la
UE debería basarse en una planificación cohe-
rente a largo plazo.
Infraestructura y mercado energético interno
Ya desde finales de los años 90, la UE ha tratado
de alcanzar el objetivo establecido de crear un
mercado completamente integrado para el gas
natural y la electricidad. Tras algunos intentos
que en su mayoría fracasaron, este proyecto ha
progresado significativamente a lo largo de los
últimos años, especialmente desde la aproba-
ción del tercer paquete del mercado interno de
energía, en 2009. Políticamente, la atención se
centró principalmente en los conflictos causados
por las duras disposiciones relativas a la “desa-
gregación“ de grandes empresas de servicios
energéticos. No obstante, la creación de nuevas
instituciones y la mayor rapidez en la adopción de
disposiciones reguladoras detalladas se han tradu-
cido en una profunda integración. Sin embargo,
este hecho pasó desapercibido para la mayoría,
a excepción de un reducido grupo de expertos.
En estas circunstancias, el principal objetivo ha
sido la utilización y expansión de las redes de
electricidad y gas natural existentes. La armoni-
zación de las normas comerciales y los códigos
técnicos de red simplificarán en gran medida los
flujos transfronterizos de electricidad y gas. De
acuerdo con la nueva normativa de la UE, los
gestores de redes de transporte, que hasta ese
momento habían operado fundamentalmente a
nivel nacional, se vieron obligados a desarrollar
estructuras de cooperación (ENTSO-E para redes
de electricidad, ENTSO-G para redes de gas na-
tural) y a asumir funciones específicas, como la
elaboración periódica de los planes a diez años.
Asimismo, se ha creado una Agencia de
Cooperación de los Reguladores de la Energía
(ACER), capacitada para tomar la decisión final
en cuestiones relacionadas con proyectos trans-
fronterizos en caso de que las autoridades de
los Estados miembros correspondientes no con-
sigan alcanzar un acuerdo.
Si bien la parte esencial de la regulación del
mercado energético se está europeizando de
forma gradual y sigilosa, la cuestión del desarro-
llo de infraestructuras se está convirtiendo en un
nuevo punto de conflicto. En 2011, la Comisión
abrió un debate fundamental sobre el papel de
la UE en el desarrollo de redes, presentando una
propuesta a favor de la armonización de los pro-
cedimientos de concesión de permisos y asig-
nando a la UE una mayor competencia en mate-
ria de control de la financiación de proyectos de
desarrollo de infraestructuras. El núcleo de este
paquete sobre infraestructuras energéticas está
compuesto por un nuevo procedimiento que
identifica los “proyectos de interés común” y
por la propuesta de que la UE asuma una parte
significativa de la carga financiera de dichos pro-
yectos. Finalmente, se han asignado unos 5000
millones de euros para financiar proyectos