EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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la producción de combustible y de alimen-
tos) tuvo un efecto catastrófico en la reputa-
ción de la industria del biocombustible. Si se
abandona el objetivo del 10 % en el sector
del transporte, el objetivo general de alcan-
zar una cuota de renovables del 20 % como
porcentaje de consumo energético final
también estará en peligro.
– A lo largo de la crisis financiera, económica
y de deuda mundial, muchos Estados miem-
bros realizaron importantes recortes en las
medidas económicas dedicadas a promover el
aumento de las energías renovables. En los
países más afectados por la crisis, España,
Portugal y Grecia, las ayudas destinadas a las
energías renovables se redujeron como conse-
cuencia de la consolidación fiscal. Asimismo,
varios Estados del Centro y Este de Europa
redujeron sus planes de apoyo a las energías
renovables. En este contexto, algunos de es-
tos recortes se aplicaron de manera retroac-
tiva, por lo que no solo se redujeron los fon-
dos para futuros proyectos, sino que también
se redujo el apoyo prometido para infraes-
tructuras que ya se habían instalado, lo cual
tuvo consecuencias desastrosas para el desa-
rrollo del sector de las energías renovables en
estos países. Estas medidas afectaron grave-
mente a la seguridad de inversión y en con-
secuencia a la confianza depositada por los
inversores en el desarrollo de energías reno-
vables, reduciendo aún más las posibilidades
de alcanzar el objetivo del 20 % en 2020.
Eficiencia energética: falta de ambición
A diferencia de los objetivos de energías renova-
bles y protección climática, la política energética
de la UE ha descuidado un tanto el objetivo de
eficiencia energética desde 2007. El objetivo ha
sido poco claro desde el principio, porque en su
plan de acción de 2007 el Consejo Europeo sim-
plemente estipulaba que “la eficiencia energéti-
ca debe aumentarse en la UE para […] poder
alcanzar el objetivo de ahorrar un 20 % en el
consumo energético en comparación con los
pronósticos para 2020” (Consejo de la Unión
Europea, 2007). En otras palabras, en 2007 los
jefes de Estado y Gobierno no acordaron reducir
sus índices de consumo energético de 2007 en
un 20 %, sino que acordaron la reducción de
los índices de consumo proyectados para 2020;
durante mucho tiempo, ni siquiera estaba claro
en qué proyecciones se basaba este acuerdo.
Esta fórmula, que no se especificó más hasta
que el comisario de Energía Oettinger le diera
una forma más concreta, corresponde al objetivo
de eficiencia final, igualmente impreciso, que sir-
ve simplemente como recomendación. El objetivo
de ahorro energético del 20 % siempre se ha
considerado un mero consejo (al contrario que los
que se refieren a protección climática y energías
renovables) y nunca ha llegado a adquirir la forma
de una regulación vinculante en su totalidad.
Controversias fundamentales
Desde la aprobación de la Estrategia Energética
de la UE en 2007, la aplicación del programa
20-20-20 ha sido el epicentro de la atención po-
lítica. A pesar de la gran cantidad de iniciativas
lanzadas para apoyarla, ninguna de ellas ha re-
sultado especialmente exitosa. Esto se puso es-
pecialmente de manifiesto con el intento de de-
sarrollar una fuerte política energética externa
para la UE, que falló por completo y ahora prácti-
camente no se menciona. Todavía existen dema-
siadas diferencias entre los intereses de los 28
Estados miembros, que son los principales respon-
sables de la seguridad del suministro energético. A