EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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energéticos durante el periodo de vigencia del
próximo marco financiero plurianual (2014-
2020). El Mecanismo “Conectar Europa”, pre-
visto para el periodo 2014-2020, pretende ser
una herramienta de financiación adicional de
alto nivel para proyectos de infraestructuras.
Sin embargo, no todos los Estados miembros
han apoyado íntegramente esta iniciativa pro-
puesta por la Comisión. En concreto, los Estados
miembros que son contribuyentes netos han
expresado sus reservas con respecto a la amplia
participación de la UE en proyectos de infraes-
tructura energética. Sus reservas se basan en el
argumento de que, en un mercado libre, son las
empresas privadas y no el sector público las que
deberían invertir en infraestructuras. Sin embar-
go, los gobiernos del sur y del este de Europa
han subrayado la necesidad de que la UE reali-
ce mayores inversiones en los sectores y regio-
nes en los que el propio mercado no proporcio-
na la financiación necesaria. Si bien lo más
seguro es que el nivel de financiación de in-
fraestructuras energéticas sea significativa-
mente superior al del actual programa RTE-E,
los Estados miembros contribuyentes netos
probablemente obligarán a realizar importan-
tes recortes en el presupuesto presentado ini-
cialmente por la Comisión.
Hoja de ruta para 2050
Desde 2009, la política de referencia a largo pla-
zo de la UE en materia de asuntos climáticos,
basada en la reducción de las emisiones de ga-
ses de efecto invernadero en un 80-95 % hasta
el año 2050 (en comparación con los niveles de
1990), se ha plasmado en una serie de conclu-
siones y documentos de la Comisión presenta-
dos por el Consejo Europeo y los consejos de
ministros de los sectores correspondientes. Esta
referencia no constituye un objetivo legalmente
vinculante, sino que representa la materializa-
ción del corredor de mitigación propuesto por el
Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el
Cambio Climático (IPCC) en su informe de eva-
luación de 2007, que señalaba cómo las nacio-
nes industrializadas podían contribuir de forma
justa a alcanzar el objetivo mundial de dos gra-
dos. Sin embargo, Polonia en concreto ha logra-
do influenciar el discurso de la UE de tal forma
que finalmente el corredor del 80-95 % solo se
aplicará si todas las naciones industrializadas al-
canzan un acuerdo en torno al nivel de reduc-
ción apropiado y a condición de que las econo-
mías emergentes y los países en vías de
desarrollo también se comprometan a reducir
las emisiones de gases de efecto invernadero de
forma significativa. Este hecho muestra que in-
cluso en el periodo posterior a 2020, la política
climática interna de la UE continuará estando
estrechamente relacionada con las negociacio-
nes internacionales y su evolución.
Poco antes de la Cumbre del Clima celebra-
da en Copenhague en 2009, el Consejo Europeo
encargó a la Comisión la realización de análisis
macroeconómicos y sectoriales para adoptar
una estrategia de reducción de emisiones para
2050. En marzo de 2011, el Comisario de la UE
responsable del clima, Hedegaard, presentó, en
primer lugar, un análisis intersectorial denomi-
nado
Hoja de ruta hacia una economía hipocar-
bónica competitiva
(Comisión Europea, 2011).
Poco después, le siguió un análisis especializado
sobre los efectos en el sector del transporte y,
semanas más tarde, se presentó un estudio so-
bre el sector energético (Comisión Europa
2011c y 2011e). Sin embargo, después de eso,
los Estados miembros no lograron aprobar con-
clusiones consensuadas, lo cual habría indicado
a la comunidad internacional que, a pesar de la
crisis económica y de la deuda, la UE no solo se