EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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Mediterráneo tiene un importantísimo compo-
nente subsahariano. Por lo que respecta a Cabo
Verde, ya en el año 2007 se acordó un Acuerdo
de Colaboración Especial y, en mayo de ese mis-
mo año, una misión sobre migración de la UE
visitó Cabo Verde. La Asociación de Movilidad
entre la UE y Cabo Verde se firmó también ese
año. En octubre de 2014, Cabo Verde dio un
nuevo paso ratificando los Acuerdos de
Facilitación de Visado y de Readmisión, que han
entrado en vigor en diciembre de ese año. En
cuanto a Nigeria, el inicio de la actual relación
en materia migratoria con la UE arranca en abril
de 2008 con una misión de la UE sobre migra-
ción que visitó el país. Desde entonces, se han
organizado seis reuniones de diálogo en un ámbi-
to local sobre migración y desarrollo que llevaron
a que la UE presentará a las autoridades nigerianas
un borrador de Agenda Común sobre Migración
y Movilidad en octubre de 2013. Actualmente se
espera el establecimiento de una fecha apropiada
para la firma de este Acuerdo. Finalmente,
Sudáfrica y la UE iniciaron una Asociación
Estratégica en el año 2007. Desde entonces, en el
marco del Consejo Mixto de Cooperación estable-
cido entre ambas, se organiza en bases regulares
un Foro de Diálogo sobre Migración.
La gestión de un fenómeno colateral a los
movimientos migratorios: el yihadismo
En los últimos meses los movimientos migrato-
rios en torno al Mediterráneo en ambas direc-
ciones sur-norte y norte-sur han sido el centro
de un nuevo fenómeno que añade complejidad
y dificultad a la gestión de los mismos. Los viajes
de ciudadanos europeos, muchos de ellos de
origen magrebí o musulmán, aunque no exclu-
sivamente hacía países con fuerte presencia de
grupos de Al-Qaeda o Estado Islámico (Daesh),
especialmente Siria, Irak o Yemen y su retorno,
fuertemente radicalizados a sus países de ori-
gen, plantea un desafío de primer a la gestión
de los flujos migratorios entre países de ambas
orillas del Mediterráneo y una amenaza induda-
ble a la seguridad de la UE.
Los terribles atentados de París del mes de
enero de este año contra el semanario satírico
Charlie Hebdo
y contra un supermercado de
productos casher, en los que murieron 17 per-
sonas a manos de terroristas que habían realiza-
do viajes a Siria y Yemen antes de retornar a
Francia a perpetrar estos hechos ha reabierto el
debate sobre las medidas para controlar a los
viajeros hacia y desde destinos como Siria,
Yemen, Libia o Irak. La dificultad añadida estriba
en que para llegar, por ejemplo, a Siria e incor-
porarse a Daesh muchas personas utilizan rutas
alternativas hacia Estambul desde donde cruzan
la frontera con ese país. Este ha sido el caso de
Hayat Boumeddiene, la mujer de Amedy
Coulibaly, uno de los terroristas de París, que
habría viajado por carretera con él hasta Madrid
para posteriormente el día 2 de enero tomar un
vuelo Madrid-Estambul; a la vez que su marido
regresa a París para participar en los atentados
de esa ciudad. Sin embargo, la solución no pasa
por limitar la libre circulación sino por mejorar
los mecanismos para compartir información y
poner en común datos entre las fuerzas de se-
guridad y los servicios de inteligencia para lu-
char de forma eficaz contra el terrorismo a nivel
europeo. Paralelamente, se está estudiando
cómo actuar ante las personas que consultan
frecuentemente webs yihadistas y penalizar
como delito de terrorismo el desplazamiento a
zonas de conflicto para unirse a un grupo vio-
lento. En este terreno, toda la dificultad estriba
en cómo garantizar la seguridad sin dañar la
libertad. Otro elemento complejo y sujeto a
controversia es el Registro de Nombres de