EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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El 21denoviembrede2013, Víktor Yanukóvich,
elegido presidente en 2010, anunció su decisión
de congelar un acuerdo de asociación y libre co-
mercio con la Unión Europea que estaba previs-
to firmar en Vilna la semana siguiente.
Oficialmente se trataba de retrasar la firma para
conseguir mejores condiciones, pero todo el
mundo entendió que era un resultado de las
presiones de Rusia, que quería mantener a
Ucrania en su esfera de influencia para integrar-
la en el proyecto de Unión Euroasiática que pre-
paraba con Bielorrusia y Kazajistán. De hecho,
menos de un mes después, Moscú ofreció a
Yanukóvich una rebaja del 30 % en el precio del
gas y un crédito de 15.000 millones de dólares,
sin condicionarlo a reformas.
Esa misma noche comenzaron las primeras
manifestaciones de estudiantes en la Plaza de la
Independencia de Kiev (Maidán Nezalézhnosti),
en protesta por el alejamiento de Europa. En
principio eran pacíficas, pero se fueron enco-
nando progresivamente ante la incapacidad del
Gobierno y las fuerzas de seguridad para con-
trolarlas. La radicalización llegó de la mano de
grupos paramilitares de extrema derecha, del
partido ultranacionalista Svoboda y de las mili-
cias del Pravi Sektor (sector de derechas), que se
hicieron con el control de la plaza y empezaron
a protagonizar disturbios violentos. El 22 de
enero se produjeron los primeros fallecidos, y la
situación se deterioró progresivamente hasta el
20 de febrero, día en el que hubo más de 60
muertos por arma de fuego.
El 21 de febrero Yanukóvich y la oposición lle-
garon a un acuerdo, con la mediación de los
Ministros de Asuntos Exteriores de Alemania,
Francia y Polonia, para adelantar las elecciones a
diciembre, formar un gobierno de unidad nacional,
y volver a la Constitución de 2004 (que había
sido reformada por Yanukóvich en 2010). A pesar
de ello, al día siguiente losmanifestantes deMaidán
ocuparon las instituciones de Gobierno y dieron
un ultimátum a Yanukóvich, que abandonó Kiev
en dirección a Kharkov, y posteriormente pasó a
Rusia. La Rada Suprema (el Parlamento) reunida
en un clima de extrema violencia, rodeada y blo-
queada por manifestantes armados y en ausencia
forzada de casi un centenar de sus miembros, des-
tituyó a Yanukóvich, nombró Presidente interino a
Oleksandr Turchínov, y restauró la Constitución de
2004. El día 27, la Rada nombró primer ministro a
Arseni Yatseniuk, que gozaba del apoyo explícito
del Departamento de Estado de Estados Unidos, al
frente de unGobierno en el cual unVicepresidente,
tres Ministros (incluido el de Defensa), y el Fiscal
General, pertenecían al partido de extrema dere-
cha Svoboda.
La destitución de Yanukóvich fue ilegal, ya
que no se respetó el procedimiento que con-
templa el Artículo 111 de la Constitución de
2004 (idéntico en la de 2010), que exige por
ejemplo la creación de una comisión de investi-
gación, ni fue votada por los tres cuartos de la
composición constitucional de la Rada
(337/450), sino por 328. Su sucesor era, por
tanto, un presidente ilegítimo, al igual que el
Gobierno, que constitucionalmente es nombra-
do por el presidente. Esto no impidió que la UE
se apresurase a reconocer a las nuevas autorida-
des, olvidándose del acuerdo del día 21 que los
propios Gobiernos europeos habían propiciado.
El cambio de régimen en Kiev fue percibido
en las regiones rusófonas del este y sur del país
como una amenaza a su identidad y una ruptu-
ra del frágil equilibrio de la nación, que les deja-
ba fuera de cualquier influencia sobre el poder.
El 23 de febrero, la Rada abolió la ley de política
lingüística que daba a la lengua rusa carácter
oficial en algunas regiones. Aunque pocos días
después Turchínov vetó esta resolución, el daño
ya estaba hecho. El descontento de los prorru-
sos no tardaría en estallar.