CAPÍTULO 6.
TRASTORNO DE ALIMENTACIÓN NO ORGÁNICO
alimentación. Esta información va a permitir que, por un lado, los padres se
hagan una imagen precisa de su realidad y, por otro, puedan diseñar con
acierto el recorrido a seguir.
Para lograrlo, la comunicación con el equipo asistencial va a ser fundamental,
ya que ofrecerá indicaciones apropiadas para cada etapa del proceso clínico
en función de los objetivos a alcanzar, en base a las cuales, los padres podrán
saber con seguridad qué nivel de flexibilidad/insistencia deberán aplicar en cada
momento en relación a la comida.
La vivencia de la enfermedad
Ya se ha comentado que es de esperar que las dificultades de alimentación
del niño generen en los padres una mezcla de emociones de malestar como
consecuencia del problema. Cuando estas dificultades se inscriben dentro de
un contexto de enfermedad habrá una mayor prevalencia de:
Culpa.
Los sentimientos de culpa surgen porque los padres se sienten
cuestionados en su rol, al interpretar los problemas de alimentación
del niño como una incapacidad suya para ayudar a sus hijos. En estos
casos, la culpa puede llegar a ser tan intensa, que se empiezan a dar
pensamientos disfuncionales como: «Si mi hijo no puede comer, yo
tampoco. Si mi hijo no está bien, yo tampoco». Con el tiempo, los padres
terminan dándose cuenta de que el autocastigo no va a cambiar la
situación del niño.
Desautorización.
Con la aparición de la enfermedad, los padres se ven
inmersos de repente en un mundo hospitalario en donde profesionales de
diferentes áreas indican diferentes abordajes con sus respectivas pautas
para que el niño tenga un desarrollo óptimo. A pesar de que los padres
suelen aceptar con gratitud estas indicaciones, en ocasiones también
pueden sentirse desautorizados en su papel como educadores, al ver que
terceras personas participan en la crianza y el desarrollo del niño.
El ajuste a la enfermedad
Ante una enfermedad, los padres suelen adoptar un estilo sobreprotector y
permisivo en la educación de sus hijos. Se evita al máximo que el niño asuma
riesgos, ejerciendo el mundo adulto un control y una supervisión continua, a
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