CAPÍTULO 3.
ALIMENTACIÓN INFANTIL
dará con el desayuno y con la quinta toma (en el caso de que la haga). Puede
sustituirse parte de la leche por otros productos lácteos como yogur o queso o
por otros alimentos que la lleven como componente.
El desayuno se completará con alimentos del grupo de los cereales (galletas,
cereales de desayuno, tostadas), añadiendo zumo o fruta si el niño lo toma.
Puede introducirse a esta edad el consumo de pan blanco.
La comida se organizará en dos platos y un postre. La función del primer plato
es la de aportar calorías, por lo que debe estar formado por alimentos ricos en
hidratos de carbono complejos, como cereales y productos vegetales. El segundo
plato debe aportar las proteínas, tanto animales (carne, huevo, pescado) como
de origen vegetal (hortalizas y legumbres). Por último, el postre deberá incluir
fruta, y puede completarse con un producto lácteo.
La cena se planeará de forma similar a la comida, aprovechando para aportar
aquellos alimentos que no se hayan tomado en el resto de las comidas del día.
La merienda estará compuesta por alimentos del grupo de los cereales (pan,
galletas) junto con fruta y algún lácteo (queso). Por último, algunos niños toman
una quinta toma láctea según realicen el resto de las comidas.
Como recomendación general, hay que intentar que las comidas incluyan
alimentos de todos los grupos, especialmente los alimentos de los grupos
vegetales, que estarán incluidos prácticamente en todas las comidas. Los
alimentos más proteicos (carnes, huevos y pescados) deben limitarse a cierta
cantidad y no favorecer su consumo excesivo. El consumo de aceite de oliva
tiene beneficios para la salud, pero el resto de los alimentos ricos en grasa
deberán tomarse con moderación por su alto contenido en calorías.
Para que sirva de orientación, las cantidades recomendadas pueden ser:
Leche:
500-600 ml al día. A partir de los dos años puede tomarse la
leche entera de vaca, aunque existen leches especiales en el mercado
diseñadas para niños entre 2-3 años, si se prefiere. No debe tomarse
leche desnatada, salvo indicación expresa del pediatra. Como ya se ha
comentado, parte de la cantidad de leche puede sustituirse por otros
productos lácteos como yogur natural o quesos, preferentemente con
bajo contenido en grasa.
Cereales:
deben tomarse prácticamente en todas las comidas, pues
constituyen la fuente fundamental de hidratos de carbono complejos
y de energía.
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