EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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que hemos superado en 2017 las amenazas
provenientes de partidos y movimientos eurófo-
bos que se presentaron a elecciones en los dos
Estados principales de la Unión, Alemania y
Francia, así como en Holanda y Austria), si se-
guimos el que podríamos llamar criterio ideoló-
gico de la actitud hacia Europa (más bien euro-
peísta o más bien nacionalista), de los actuales
miembros del Consejo Europeo, teniendo en
cuenta los resultados de elecciones legislativas o
presidenciales
27
y los respectivos cambios de go-
bierno, teniendo en cuenta el referido debate
del Consejo Europeo del 10 de marzo de 2017
y, finalmente, las declaraciones o iniciativas de
jefes de Estado o de Gobierno posteriores a esa
fecha, podemos distinguir, mediante una clasifi-
cación forzosamente reduccionista
28
pero cohe-
rente con el resumen de Donald Tusk, dos gru-
pos de Estados.
En primer lugar, un grupo de 20 Estados que
se inclinarían por un modelo de integración co-
rrespondiente al escenario n.º 3, es decir: “Los
que desean hacer más, hacen más”
29
, enten-
diendo que este escenario sintetiza mejor que
cualquier otro la idea de la Europa con distintas
velocidades. En este grupo podemos incluir a
Francia, Alemania, Italia, España, Portugal, Irlan-
da, Bélgica, Luxemburgo, Austria, Lituania, Es-
tonia, Suecia, Finlandia, Grecia, Malta, Chipre,
Bulgaria, Rumanía, Eslovenia y Croacia. En él
figuran los cuatro países con más peso político
27
En 2018, hay elecciones presidenciales en Irlanda,
Finlandia, República Checa y Chipre y elecciones legislativas
en Italia, Suecia, Hungría, Eslovenia y Letonia.
28
No obstante, esta reducción a dos grupos de Estados
de la diversidad (o riqueza) de posiciones en el seno del
Consejo Europeo es coherente con la única clasificación
“oficial” de tomas de posición de los Estados ante el futuro
de Europa, a saber, la que presentó Donald Tusk en marzo
de 2017.
Vid. supra
, p. 4.
29
Vid.
Libro blanco sobre el Futuro de Europa
,
op. cit
., p. 20.
de la Unión, a saber, Alemania, Francia, Italia y
España, por el número de votos en el Consejo y
porque en total acaparan más del 50 % de la
población de la Unión.
En Francia, la
Iniciativa por Europa
tomada
por su presidente, Emmanuel Macron, en sep-
tiembre de 2017
30
, es hoy la iniciativa estatal en
pro de la creación de un “núcleo duro” de Esta-
dos que defiendan, al menos, una Europa con
distintas velocidades: “Europa se mueve ya a
varias velocidades. Entonces, ¡no tengamos
miedo de decirlo y de quererlo!”; “En la medida
en que articulemos constantemente la ambición
movilizadora de algunos y el respeto del ritmo
de cada uno podremos generar el deseo de
avanzar y Europa progresará en beneficio de
todos”
31
.
Pues bien, si Francia ha encabezado, una vez
más, la defensa del proceso de integración eu-
ropeo, Alemania, tras el difícil pero esperanza-
dor acuerdo de gobierno entre el partido demo-
cratacristiano y el socialdemócrata, aprobado
finalmente el 4 de marzo de 2018, está ya en
condiciones de unirse activamente a la iniciativa
francesa con, como mínimo, la defensa del es-
cenario n.º 3 y, por añadido, una revisión de la
ideología económica de la austeridad, dominan-
te en la política europea de Berlín y, en paralelo,
predominante en el seno del Consejo Europeo
desde hace una década.
30
Vid.:
discurso del 26 de septiembre de 2017 en la
Sorbona:
Initiative pour l’Europe. Une Europe souveraine,
unie, démocratique
. Disponible en:
http://www.elysee. fr/declarations/article/initiative-pour-l-europe-discours- d-emmanuel-macron-pour-une-europe-souveraine-unie- democratique/31
Ibid.,
pp. 14 y 9, respectivamente. La traducción es
nuestra. Nótese la similitud del discurso de Macron con
el resumen que hace el presidente Tusk de los resultados
del primer, informal y hasta ahora único debate sustancial del
Consejo Europeo sobre el funcionamiento de la Unión en
relación con el futuro de Europa.