EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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Todos los europeos tenemos que asumir la
responsabilidad de combatir este neofascismo
que es contrario a los valores en los que se fun-
damenta la UE y puede representar un peligro
letal para la construcción europea, e incluso
para la democracia. Pero delante de todos, las
instituciones comunitarias, Parlamento,
Consejo, Comisión, que deben involucrarse en
los ámbitos políticos y económicos para enfren-
tarse a la antidemocracia. Y deben también en-
trar de lleno con todos sus medios, que son
muchos, en la batalla por el relato, porque ahí
es donde se juega de verdad el futuro político
del espacio europeo. La descentralización de la
información a través de las redes sociales, hace
mucho más fácil la difusión de falsedades y la
manipulación de la opinión pública, si no se
contradice al menos con la misma fuerza. En el
mundo digitalizado, la verdad objetiva deja de
existir, o al menos no importa: quien gana el
relato, gana el apoyo. Y el apoyo a una Europa
fuerte, unida, democrática, justa, libre y solida-
ria vale con creces todos los esfuerzos.