EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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contribuir a la seguridad europea y luchar con-
tra el yihadismo. Los EM intervienen militarmen-
te en Irak y Siria a título individual, coordinándo-
se bilateralmente o a través de EE. UU., sin un
plan combinado ni una racionalización o repar-
to de tareas, por más que este sea un asunto
que afecta a todos por igual. El establecimiento
de una estructura de mando permanente de la
UE, un Cuartel General de Operaciones Europeo
(CGEO), permitiría al menos coordinar la actua-
ción de los EM en el mismo teatro de operacio-
nes y maximizar la eficiencia de las aportaciones
de cada uno. Sin otros avances imprescindi-
bles, como la asunción de una política de de-
fensa y una estrategia militar común, la pues-
ta en marcha de la Cooperación Estructurada
Permanente, el refuerzo de la Agencia Europea
de Defensa y las capacidades compartidas, y la
creación de una estructura de fuerzas propia, la
PCSD no podrá cumplir el papel de ser el ins-
trumento militar de la Unión. Y sin ese instru-
mento, es difícil tener un papel decisivo en la
resolución de los conflictos que le afectan. La
realidad es que, hoy por hoy, la única fuerza de
la UE en el escenario internacional, reside en su
chequera.
La evidencia de que no podemos esperar
eternamente que otros resuelvan nuestros pro-
blemas se abre paso poco a poco en Europa. El
21 de enero, el Parlamento Europeo aprobó una
resolución sobre la cláusula de defensa mutua
contenida en el Artículo 42.7 del Tratado de la
Unión Europea, en la que considera que la ac-
tivación de esta cláusula a petición de Francia,
brinda una oportunidad única de establecer las
bases de una Unión Europea de Defensa sólida y
sostenible, y estima que solo con una capacidad
de seguridad y defensa autónoma estará la UE
equipada y preparada para afrontar las amena-
zas y los retos abrumadores que pesan sobre
su seguridad interior y exterior, citando expresa-
mente entre las medidas a tomar, la activación
del CGEO. Esperemos que la resolución de la
única institución europea elegida por sufragio
universal directo, sirva de catalizador para avan-
zar hacia el objetivo de una defensa común, que
pueda hacer frente eficazmente a las amenazas
a la seguridad de los ciudadanos europeos, y en
primer lugar a la que representa el yihadismo,
que es en la actualidad la más grave de todas
ellas.