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Introducción
A pesar de haber dejado atrás lo peor de la crisis
del euro y la consiguiente crisis social y política,
en los primeros meses de 2018 la acción exte-
rior de la Unión Europea aún no ha recuperado
el perfil y el ritmo que serían deseables. El con-
texto reciente se compone de un primer año
caótico de la Administración Trump en Estados
Unidos, un Reino Unido en camino del
brexit
, y
el ascenso de los nacionalismos xenófobos de
extrema derecha en muchos países europeos,
incluida Alemania. En la nueva coyuntura, las
grandes potencias se hallan en un proceso de
reposicionamiento: esto es común para el
EE. UU. aislacionista de Donald Trump, para
la Rusia revisionista de Vladimir Putin y para la
China gradualmente expansionista de Xi Jin
Ping. El entorno global apunta a un cambio de
época marcado por la renacionalización, el pro-
teccionismo, los retrocesos en las instituciones
liberales y los valores occidentales, y, en definiti-
va, el auge de los regímenes “iliberales”.
La nueva oleada ha provocado una renacio-
nalización de las políticas, e, inevitablemente,
una gran crisis del multilateralismo a escala inter-
nacional: una tendencia claramente en dirección
opuesta al sentido del proyecto de integración
europeo. Europa se ha visto enfrentada, en es-
pecial, al
America First
del presidente Trump,
una combinación de aislacionismo y unilateralis-
mo. A pesar de ello, sin embargo, el liderazgo
de la UE al menos se mantiene en mínimos vita-
les, si tenemos en cuenta los diversos avances
registrados en las dimensiones política, de segu-
ridad y defensa, o comercial.
En estos ámbitos ha existido una cierta cohe-
sión entre los estados miembros como reacción
al giro aislacionista y proteccionista de EE. UU.
Paralelamente al ámbito de la arquitectura insti-
tucional, donde la Comisión de Jean Claude
Juncker apostaba en su
Libro blanco
de marzo
de 2017 por un escenario de “hacer más jun-
tos”, también en la política exterior la alta repre-
sentante Federica Mogherini ha tratado de im-
pulsar la acción común de los diversos socios en
varios frentes, desde la defensa europea al im-
pulso de los tratados comerciales con Canadá,
Japón, o México, pasando por los dosieres de
Cuba, Venezuela, Rusia o África. Pero ha sido
sin duda el presidente francés, Emmanuel
Macron, quien en este tiempo ha hecho de ca-
beza visible de la presencia exterior europea,
además de francesa, y ha tratado de rellenar el
Crisis del multilateralismo
y proyección exterior de la UE
Vicente Palacio