EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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vinieron de Rusia
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. Aunque estos porcentajes
tienden a bajar, y se está haciendo un importan-
te esfuerzo de diversificación, por ahora, en un
momento en el que las reservas del segundo
proveedor (Noruega) disminuyen, y dos de los
más importantes, Libia y Nigeria, se ven inmer-
sos en graves problemas de inestabilidad, la UE
no puede sustituir el suministro que proviene de
Rusia. Putin podría tener la tentación de utilizar
los hidrocarburos como arma política, como ya
hizo con Ucrania en 2006 y 2009, pero lo cierto
es que Rusia necesita más venderlos que Europa
comprarlos.
Moscú está intentando diversificar su comer-
cio exterior, volviéndose hacia el este. En el año
2014 cerró un contrato con China de suministro
de gas en el periodo 2018-2048 por valor de
323.000 millones de euros, para lo que se está
construyendo un gasoducto. Con India, Moscú
acordó la construcción de 12 centrales nuclea-
res en 20 años, además de varios contratos de
suministros de armas. No obstante, Rusia no
podrá prescindir de la UE en mucho tiempo, y lo
mismo sucede en sentido contrario. La interde-
pendencia implica que ambas están condena-
das a entenderse, a pesar de los problemas que
puedan aparecer.
El elemento fundamental de la relación entre
la UE y Rusia es el Acuerdo de Asociación y
Cooperación, que abarca asuntos políticos, co-
merciales, económicos y culturales. Institucional-
mente, establece cumbres de jefes de Estado y
de Gobierno, que tienen lugar dos veces al año,
y un Consejo permanente de cooperación a ni-
vel ministerial. Este tratado entró en vigor en
diciembre de 1997 por un periodo de diez años
y desde diciembre de 2007 se viene prorrogan-
do anualmente a la espera de uno nuevo, cuya
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Véase:
http://goo.gl/pFZFVMnegociación se ha ido retrasando por diversos
problemas hasta ser suspendida por la crisis de
Ucrania. En la cumbre de San Petersburgo, en
mayo de 2003, ambas partes acordaron reforzar
su cooperación mediante la creación de cuatro
espacios comunes: económico; libertad, seguri-
dad y justicia; cooperación en seguridad exte-
rior, y cultura, educación e investigación.
Finalmente, La Cumbre de junio de 2010 en
Rostov lanzó la Asociación UE-Rusia para la
Modernización, concebida como un marco
flexible para encuadrar el impulso a las refor-
mas, el crecimiento y el estado de derecho.
En mayo de 2009 la UE puso en marcha la
Asociación Oriental, en el marco de la Política de
Vecindad, para acercar a Bielorrusia, Moldavia,
Ucrania, Armenia, Azerbaiyán y Georgia a los
estándares de la Unión en todos los ámbitos. El
27 de junio, se firmaron los acuerdos de asocia-
ción y de libre comercio con Georgia y Moldavia.
Horas después de la firma, un portavoz de Putin
amenazó a las ex repúblicas soviéticas con con-
secuencias negativas para su economía. En am-
bos países persisten conflictos congelados, en
Transnistria (Moldavia), Osetia del Sur y Abjasia
(Georgia), producidos por la independencia de
hecho de regiones prorrusas, respaldadas por
Moscú. Bielorrusia y Armenia están en la Unión
Euroasiática dirigida por Rusia, mientras que
Azerbaiyán se acerca a la UE. La experiencia de-
muestra que intentar llevar a cabo una política
hacia cualquiera de estos países sin contar con
Rusia no es realista y puede ser fuente de con-
flictos, como el actual de Ucrania.
Mirando al futuro
A la Unión Europea no le interesa un enfrenta-
miento con Rusia ni una nueva guerra fría, y en
ningún caso un conflicto armado. Ni siquiera le