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La primera condición para articular una estrate-
gia adecuada que dé respuesta al terrorismo
yihadista es contar con unos conceptos y unas
bases de partida sólidos, compartidos por todos
aquellos que se sienten afectados por la amena-
za que representa. En esa línea, el ejercicio
arranca con un notable déficit, en la medida en
que todavía hoy, a pesar de los miles de actos
terroristas que se producen cada año y del con-
siderable número de organizaciones cataloga-
das de ese modo, sencillamente no contamos
con un concepto único y consensuado en la co-
munidad internacional sobre qué debemos en-
tender por terrorismo.
Si nos remontamos a los trágicos atentados
del 11 de septiembre de 2001 (11S) en Nueva
York y Washington, recordaremos que, cuando
finalmente arrancó la Asamblea General de la
ONU, sus miembros se autoimpusieron la tarea
de lograr un acuerdo sobre la materia, por en-
tender que era una pieza esencial en la necesa-
ria estrategia de respuesta multilateral a una
amenaza que todos sentimos. Sin embargo, ni
en aquella ocasión ni a lo largo de los años en
los que la Dirección Ejecutiva del Comité contra
el Terrorismo del Consejo de Seguridad lleva
ocupándose del asunto se han conseguido su-
perar las profundas diferencias existentes. Esa
carencia sigue dificultando hoy la adopción de
estrategias de respuesta multilaterales, multidi-
mensionales y sostenidas en el tiempo, que
atiendan tanto a los efectos más visibles del pro-
blema como a las causas estructurales que le
sirven de caldo de cultivo.
Cúmulo de errores intencionados
Eso no ha impedido en modo alguno que el
terrorismo haya concentrado la atención obse-
siva de los más destacados actores internacio-
nales (con el EE. UU. de la administración de
George W. Bush como impulsor principal), has-
ta el punto de que son muchos hoy los que
pretenden identificarla como la mayor amena-
za a la seguridad internacional. Quienes así vie-
nen actuando, con un discurso tan equivocado
como interesado, utilizan en su provecho la in-
definición del término para poder interpretarlo
a su propio gusto, con el sencillo recurso de
Valoración de la amenaza
yihadista y de las estrategias
de respuesta
Jesús A. Núñez Villaverde