EL ESTADO DE LA UNIÓN EUROPEA
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solamente conllevaría beneficios económicos y
políticos dudosos o, en el mejor de los casos,
demasiado modestos. Incluso si se llegase a un
acuerdo provisional en 2015, esto no soluciona-
ría las cuestiones más importantes. Pero al mis-
mo tiempo, plantear un acuerdo “maximalista”,
es decir, un pacto “global” que incluya todas las
áreas y cláusulas, parece poco realista en la ac-
tualidad.
Por lo tanto, se debería explorar una tercera
vía si los europeos pretenden que este proceso
llegue a buen puerto. Del lado europeo, la Co-
misión Europea, con su papel de negociadora,
así como el Parlamento Europeo, como deposi-
tario de la legitimidad democrática y como
agente decisivo para llegar a la ratificación final,
deberían establecer límites claros sobre cuestio-
nes pendientes delicadas del TTIP, incluso si las
negociaciones se prolongaran más allá de 2016.
Esto incluiría los siguientes puntos, que debe-
rían incorporarse a la novena ronda (abril de
2015, en Washington) y siguientes:
– Rechazar la inclusión de la cláusula de arbi-
traje de diferencias entre inversor y Estado
(ISDS), al menos en la forma en que está ar-
ticulada hoy en día (primer pilar, acceso a
mercados). Las salvaguardias y mecanismos
proporcionados por el CETA entre Canadá y
la UE para garantizar poderes para la regula-
ción del Estado podría servir como fuente de
inspiración para el TTIP. Sería especialmente
importante crear un Tribunal de Comercio e
Inversiones para juzgar los casos de protec-
ción de la inversión.
– En cuanto que es también un tratado para la
inversión, el TTIP debería incluir un capítulo
de cooperación financiera con el compromi-
so expreso por ambas partes de eliminar las
malas prácticas de los bancos y evitar futuras
crisis (segundo pilar, cooperación en materia
de reglamentación). O a falta de ello, EE.UU.
y la UE deberían llegar a acuerdos firmes en
este terreno fuera del TTIP que compensen
esa carencia.
– Verificar que las amplias garantías que se in-
cluyen en el capítulo de Desarrollo Sosteni-
ble (como derechos laborales y normativas
medioambientales) se recogen en el pacto
(tercer pilar, adopción de normas).
– La Comisión Europea, de acuerdo al com-
promiso de su representante de Comercio,
Cecilia Malmström, debería garantizar la
transparencia del proceso negociador, incor-
porando la visión de los ciudadanos euro-
peos y de los grupos sectoriales nacionales
afectados por el TTIP. De nuevo, la Comisión
y el Parlamento deben ir de la mano durante
las próximas rondas negociadoras. Ello facili-
taría el camino para las negociaciones en
curso y para una eventual ratificación del
tratado por el Parlamento Europeo.